Exuberancia es la palabra que lo definiría. Tanto en la carta de platos como en la de vinos, las vitrinas y los estantes repletos de productos. Aquí se viene a disfrutar, es un lugar imprescindible para gozar de tapas o incluso de una comida más sustanciosa debido a la excelente calidad de sus productos. Estos se presentan de una manera sencilla y tradicional, ya sea en la barra o en el pequeño comedor, que tiene un ambiente más formal. Para comenzar, te recomiendo probar los magníficos productos ibéricos de bellota, como el jamón, el chorizo o el salchichón, los cuales son de los mejores que habrás probado. Aunque el lugar es pequeño, ruidoso y lleno de gente, vale la pena soportar estas pequeñas incomodidades debido a su excelente materia prima, ya sean carnes, embutidos o pescado, su presentación de calidad y las generosas porciones. El servicio es rápido y profesional, siempre muy atento a los clientes sin agobiar. La selección de vinos es buena y tienen una relación calidad-precio adecuada. También es posible pedir medias raciones. El gasto promedio por persona es alrededor de 25 euros si se acompaña con buenos vinos. Aunque la selección de vinos blancos es limitada, posiblemente debido al tipo de productos que se sirven.

Un mesón de toda la vida que tiene bastante afluencia. Hasta la barra hay que solicitarla. Todo lo que pedimos estaba rico. Precios medios-altos. Buen servicio y local clásico.