Intentamos ir hace una semana, pero estaba lleno, nos aconsejaron llamar para reservar a mitad de la siguiente semana para asegurar sitio el viernes. Por fin, una semana después conseguimos reserva y nos dispusimos a probarlo. El personal muy amable, el local es pequeño pero no llega a ser ruidoso y la decoracion es bastante actual. La carta no es muy extensa, se centra en varios platos que segun escuchamos eran muy recomendables, pedimos: 1) croquetas gauchas, muy ricas con una bechamel muy ligera y ligeramente picante, nos gustaron mucho. 2) empanadas argentinas, hay 3 variedades, probamos las 3: la caprese, rellena de mozarella, tomate, albahaca... estaba rica, pero le falta un poco de relleno, algo escasa ya que es amplia /la salada, era de ternera, muy rica, el tipico sabor de empanadilla argentina, volveria a pedirla/ la de pollo, similar a la argentina, tambien buena, pero no sorprendía. 3)pancitos, acabamos pidiendo 2, los primeros fueron detalle de la casa, a destacar la mayo munai, una salsa que los acompaña y complementa, aunque el pan ya va especiado y por si mismo ya esta rico. 4)Provoletta, estaba muy buena, incluso para los menos amantes del queso, pero tuvimos que pedir más pancitos para acompañarla ya que no venia acompañada de tostas, ni nada similar 5)Pizzettas "argentinas" la más carasteristica del lugar, con carne de ternera y chimichurri, la masa es gruesa y firme, pero el tamaño es bastante pequeño (16 cm de diametro) 6) Milanesa Patagónica, es un filete empanado pero no estaba excesivamente aceitoso, la propuesta me pareció original, con diferentes presentaciones, nos decantamos por la milanesa con tomate, mozzarela, rucula jamon y parmesano, un acierto en combinación de sabores con patatas o ensalada de guarnición. 7) Tiras de asado, carne argentina con el punto perfecto y un buen chimichurri de acompañamiento, tambien con posibilidad de elegir entre ensalada y patatas de acompañamiento. Y finalmente el postre: 8)Chocotorta, unos vasos pequeños cuyo relleno alternaba el bizcocho de chocolate con la crema de dulce de leche, tenia un retro a crema de queso, se notaba la mezcla con el dulce de leche, pero de buen sabor.
En relación calidad/precio, algunos platos eran pequeños para su precio, como la provoleta, la pizzeta, o la empanada caprese, otros sin embargo justificaban y merecían su precio, como la tira de asado o las croquetas.
En definitiva volveremos, ibamos cuatro y algunos probamos unos platos y otros no, con lo que nos quedaron ganas de volver a probar nuevos platos.
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