En plena naturaleza, ambiente muy agradable, atención correcta, buena comida y raciones generosas, aunque tardan demasiado en servirla, relación calidad-precio media alta
Este restaurante es un encanto, ubicado en Los Baños de Mula, está en una zona muy tranquila en la que se pueden degustar buenas carnes a la brasa, igual hubiera esperado que el camarero hubiera estado más presente, eso sí, la comida y el entorno genial, qué decir de los baños que tienen que también son una maravilla.
Un lugar muy agradable con unas vistas espectaculares. La cocina buena y el servicio correcto.
Comida de lujo en un sitio precioso.
Cabe destacar la calidad de los alimentos, la presentación y la cantidad! Muy buena relación calidad-precio. Repetiremos sin dudarlo. Especial mención al rissoto y la ensalada de ventresca. Había tanta cantidad que no pudimos pedir postre así que no tardaremos en volver!
Estuve en el baño del pozo. Agradable y limpio. Como es el nacimiento el agua sale muy caliente y el primer chapuzón es el más difícil. Hay una ducha de agua fría que va muy bien entre baños. No me convenció la iluminación, muy marciana. La experiencia genial. Volveré, por supuesto
No se por donde empezar, te recibe una Señora de 86 años la persona más tranquila y agradable sobre la faz de la tierra se le nota una paz intensa indescriptible, te enseña los pozos luego te metes y madre mía, lo mejor que hay para un día de relax total, el hospedaje muy acogedor y limpió, y para rematar el Restaurante atendido por Marisa y el Cheff Miguel todo de primera y nada caro, volveremos muy pronto, cabe destacar la paz y tranquilidad del lugar,
Fuimos para darnos un baño en pozo que es zona privada. La piel se queda como nueva. Cuesta 25 euros 1 hora.
Terminamos en restaurante que nos sorprendió muy gratamente la calidad de la carta, la abundancia de platos con productos de calidad. La música fondo, las vistas al pueblo.. perfecto entorno y lugar con esencia de siempre para desconectar sin coste demasiado elevado. Un acierto para sorprender.
Sorpresa muy grata. Un lugar ideal para desconectar y relajarse con unas instalaciones cuidadas al detalle para que la velada sea perfecta. Los baños son privados, tienen un agua que te deja la piel súper suave. El restaurante sorprendentemente bueno, comida de calidad, raciones sustanciosas y calidad precio bastante asequible. El entorno y las vistas muy bonitas, el personal muy amable y muy atento. En general muy recomendable. Repetiremos seguro, pero cuando haga un poco más de frío.
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