Llevamos 15 años acudiendo a este restaurante de Perbes. 15 años! Por algo será! Quiero dejar mi contribución para que sirva de ayuda a los posibles clientes. Siempre hemos comido producto de grandísima calidad, bien tratado y estupendamente cocinado. Los riquísimos chipirones en salsa o los chocos en su tinta, la Milanesa siempre enorme, las impresionantes croquetas que no nos faltan en nuestra mesa nunca!, el arroz, los calamares, las almejas a la Marinera, la carne asada, los pimientos, el pescado del día, la estupendísima tarta Savi, etc… pero sobre todo la espectacular merluza a la Cosquera; son platos que merece la pena probar si vais a este encantador restaurante a pie de playa y con unas preciosas vistas sobre el arenal de Perbes; pero no solo ha sido la comida, sobre todo el cariño y amabilidad con el que tratan al cliente nos ha hecho volver año tras año. Enhorabuena por vuestra labor, vuestro buen hacer en la cocina y vuestra dedicación cuando estando a rebosar, os desvivís por atender todas las peticiones y deseos en el menor tiempo y de la mejor forma posible.
Muy buena experiencia. Nos encantó el sitio y la comida estaba muy rica. Las croquetas, la tortilla y la ensalada estaban buenísimas. El camarero fue muy simpático y agradable. Sin duda repetiré en este lugar.
Me pareció vergonzosa la actitud de unas señoras que estaban en la mesa de atrás. El pobre camarero tuvo que aguantar a un grupo de señoras cascarrabias que criticaron toda la comida y faltaron al respeto a la cocinera. Incluso emplearon palabras malsonantes para referirse a los platos. A pesar de gritar a pleno pulmón y criticar el lugar se quedaron tres horas sentadas después de la comida (tan mal no debía de estar el sitio...)
Tiene muchas cosas positivas, de ahí nuestra puntuación (localización, aparcamiento, vistas, atención, limpieza, etc.), pero quiero incidir en la comida. Esta semana hemos venido dos veces, en ambas el rodaballo ha sido el plato principal, nunca defrauda. Pero quería hacer una mención especial a las almejas; cuando las pedimos nos recordaron a las chirlas (no sé si en todos los sitios se llaman así), porque no eran muy grandes, pero cuando las probamos… frescas, cocinadas en su punto, con una salsa exquisita… en fin, en Madrid me cuesta encontrar algo, siquiera parecido
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