Los platos al centro que hemos pedido no nos han dejado una gran huella, aunque, hay que decir, que la versión moderna del bocadillo de calamares nos ha parecido muy original. El otro plato para compartir ha sido el de puerros que nos ha dejado bastante indiferentes.
Los segundos (cochinillo, corvina y merluza) muy buenos.
El servicio muy amable y competente.
Volveríamos a probar otros platos de la carta.
La verdad es que el lugar es súper bonito con un aire retro muy chulo.
Cuenta con una zona de bar con mesas altas y taburetes pero también hay una zona de mesas.
Nosotros comimos en el restaurante que es un lugar apartado al fondo del local (que por cierto es muy grande).
El servicio fue muy bueno y la comida no desmerecía. Nos gustó mucho como le dieron una vuelta a los platos tradicionales.
Sin duda volveremos a repetir y es un lugar que nos anotamos si queremos agasajar a algún amigo que quiera conocer la ciudad.
El precio va acorde con el servicio, el local y la comida. Siempre se puede reservar por "El Tenedor" y obtener un descuento (nosotros lo hicimos así y funciona muy bien).
Me encanta su servicio y lo bonito que es el restaurante muy acogedor en plena Gran Vía ,la comida muy buena y platos bien presentados,volveremos sin duda .muy recomendable y Pablo nos atendió genial ,el salón es muy grande y tiene una bonita distribución entre las mesas y separación para estar comodos bien decorado y música de ambiente y bonita iluminación
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