Una experiencia de 10. Muy relajante y chulo ir a tomar un café mientras pintas. Al llegar te explican todo, escoges tu pieza, colores y a pintar!! Dan dos horas. El sitio es muy bonito y un ambiente muy tranquilo y relajante. Me ha encantado todo.
Josefina Pérez Jiménez
+5
Ni bien llegas y confirmas tu reserva te muestran las cerámicas que puedes pintar. Cuando fuimos nosotras (un fin de semana por la tarde) habían muchas opciones de las cuales elegir con buena variedad de formas y precios (creo que lo mas barato es alguna cerámica por 15€?).
Al escoger una cerámica, puedes también pedir algo de comida o bebida (no fue mí caso) y pagas todo junto en la caja.
Luego de pagar te sientan en tu mesa y le enseñan como funcionan los colores, dado que se ve muy diferentes luego que salen del horno, y te ofrecen un QR con varios diseños de inspiración buen bonitos. Osea que si vas sin ninguna idea de que pintar, te ayudan a ver varias opciones de lo que puedes hacer, lo cual me pareció un muy lindo detalle.
En las instrucciones te indican que tienes dos horas, y para nosotras fue tiempo más que suficiente. También te recuerdan de no pintar la parte que abajo que está en contacto con el horno, lo cual me pareció bien porque no sabíamos sobre este detalle al apuntamos.
El proceso de pintar fue divertido y relajante, tienen diferentes pinceles, esponjas, patrones, y sellos. También tenían muchos colores diferentes, pero algunos estaban bastantes vacíos, entonces hay que tener cuidado a la hora de saber que color escoger para no quedarse sin pintura a mitad del diseño.
Cuando terminamos simplemente le avisamos a la chica que nos había dicho las instrucciones y sacamos una foto del diseño con la fecha de recogida.
La recogida en si también fue bien fácil, fuimos un día entre los disponibles y con la foto que sacamos fue bien fácil reconocer nuestras cerámicas.
En general el personal fue muy amable, aunque es verdad que parece que hay mucha gente para los pocos que son, pero se manejaron bien y trataron súper bien a todos los clientes presentes. Lo recomendaría como una actividad divertida y diferente para hacer con amigos.
Teníamos muchas ganas de venir. Recomiendo reservar con bastante antelación, sobretodo en fin de semana.
Al llegar puedes elegir la pieza a pintar y te explican un poco el proceso.
Lo que no nos gustó nada fue que mi amiga escogió una pintura para si taza y cuando llevaba la mitad pintada, se acabó la pintura, al preguntarles si había más de ese color, le dijeron que no y no le dieron ninguna solución.
Me parece mal que a las 17h de la tarde de un sábado no cuenten con que si se agota una pintura tienen que reponerla, o al menos dejar una solución.
Por lo demás es un plan agradable que recomiendo hacer.
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