Ambiente perfecto, los espacios de Flor y Nata y Brasas se fusionan permitiendo elegir platos de ambas propuestas. Los salones son cómodos, confortables y cálidos. El jardín exterior muy agradable aunque preferimos quedarnos dentro por el calor. El servicio es excelente, atento y amable. La comida deliciosa, una carta amplia de propuestas atractivas. Probé la ensaladilla con carpaccio de gambas y el carpaccio de Wagyu con trufas, ambos platos rñexquisitos en cuanto a presentación, temperatura y sabor. Un pequeño reproche para la cerveza, servida en un vaso estrecho que hacía demasiada espuma y con un precio exagerado, 10 euros.
Cenamos en este lugar cómo despedida de nuestra visita a Madrid y que despedida !!!
La comida magnífica, la atención esmerada y el ambiente relajado.
Todos lo que probamos estaba exquisitamente elaborado y presentado, los sabores increíbles y equilibrados, realmente cocina de primer nivel.
Si duda que volvemos cuando visitemos Madrid nuevamente.
Excelente lugar para disfrutar con tu familia o amigos. Comida variada fría y caliente. Ambiente muy agradable.
Esta reseña es para el chalet suizo.
Esta junto a las brazas y solo lo han abierto por unos meses, lo cual es una pena porque estaba muy bien.
Por dentro esta muy bien ambientado, parece un auténtico chalet suizo, con las estufas y las mantas además se está muy confortable.
Muy buena la comida, tanto el.embutido suizo como la fondiu.
Muy buena atención, aunque el precio es caro.
Ramón Martínez Artigas
+4
Comida de mucha calidad, pero raciones muy, muy escasas. Aunque fue menú degustación, es incomprensible que te sirvan una anchoa en salazón y una anchoa en vinagre, por persona. A las personas que realmente nos gusta comer, estas cantidades no son apropiadas. Y es de lo que se trata, de comer, no de probar.
Mario Dominguez Carnal
+4
Restaurante agradable con una gran terraza, comida de calidad con precio acorde al sitio.
Me sorprendió gratamente este restaurante. Llama la atención especialmente la gran distancia entre las mesas que permite disfrutar de la conversación con tus amigos y familia sin ruidos de fondo. Sorprendente el hecho de que la cocina sea vista y sin separación física pero no hay ni ruido ni olores de cocina lo que da idea de la inmejorable ventilación del local con una climatización perfecta.
El menú es excelente y variado, la calidad del producto inigualable, y el servicio profesional.
El precio más que razonable para un restaurante de la calidad y ubicación donde se encuentra, dentro del hotel Rosewood Villamagna.
Definitivamente este restaurante pronto se convertirá en un referente de la restauración en Madrid.
Restaurante ubicado📍en el hotel Villa Magna con unas instalaciones espectaculares 🤩. Tanto la entrada en el propio hotel como el restaurante estéticamente me parecen una maravilla 😍. Tienen unas cocinas abiertas enormes y la atención es 🔝
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Es verdad que por ejemplo la caña 🍺 o el café ☕️ son 8️⃣€, la chuleta 🥩 1️⃣1️⃣0️⃣€ 😱 pero ese sobre coste que pagas se entiende perfectamente nada más entrar por la puerta. De precio 💸 fueron 7️⃣0️⃣€/pp con 2️⃣ botellas de vino 🍷
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Todo esta muy muy bueno 🤤. La chuleta 🥩🔝. Lo único que sin más diría que el postre del día ☹️. Nos dijeron que era un tatín de manzana 🍎 y de tatín no tenia nada y tampoco estaba muy bueno.
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La comida está rica, el servicio un poco despistado y en ocasiones lento. La coliflor y la pluma riquísimas. También el arroz de carrilera. Los postres muy ricos, sobre todo la torrija. Precios un poco altos.
José Enrique Ochoa Fernández
+5
Reservé una mesa para ocho con motivo de mi cumpleaños y a mis invitados les encantó el sitio, con mesas espaciadas para que las conversaciones no molesten a los demás, una cocina excelente y un servicio muy profesional, aunque a veces un pelín desbordado.
La carta de vinos (la buena, no la que presentan en papel) es extensa y con precios muy razonables (El AAlto PS no lo he visto por debajo de los 200€ jamás) y la pastelería es un delito, imposible no dejarse llevar.
Con tres botellas de vino y pidiendo cada uno lo que quiso (aborrezco la costumbre extendidísima de compartir), con postres, 700€ los ocho, así que me verán por aquí con frecuencia, pues ya estoy un poco harto de que me atraquen en sitios con ínfulas y precios injustificables.
Fuimos a cenar un grupo de amigos, y el trato impecable, tanto los camareros como el maitre atento a todos los detalles y a que no nos faltase de nada.
La comida, también excelente
Destacable cocina tradicional reinterpretada basada en un excelente producto tratado con esmero. Servicio muy profesional y atento. Ambiente elegante agradable. El precio, alto, adecuado a la calidad del restaurante.
Brunch espectacular, variedad inmejorable y calidad insuperable, totalmente recomendable.
Comida rica y buena disposición de vino.
Atención perfecta!
Añado la selección de dulces, pues tenía hambre y me olvidé de sacar fotos de los platos. Jeje
Fantástica experiencia, el Restaurante en un enclave maravilloso, desde que te abren la puerta para entrar al Hotel te sientes especial. Mesa para 4, ambiente cálido, sorprendidos por la amplitud entre las mesas, los platos impresionantes pedimos pulpo con revolconas, chipirones salteados con una salsa muy sabrosa, pimientos de piquillo una pasada de sabor, steak tartar de los mejores que he probado, entrecot y unas alubias verdinas que no esperábamos encontrar en carta, deliciosas!!!.
Todo ello disfrutado a la vez que ves a los cocineros trabajar. El servicio no pudo ser mejor, amabilidad y simpatía a la vez que profesionalidad, de verdad que salimos con ganas de volver.
He tenido la ocasión de probar el Restaurante Las Brasas de Castellana y la experiencia ha sido insuperable. Tanto la versatilidad del chef en el menú, la calidad del producto con el que trabajan, me encanta el jamón de bellota, y la perfecta atención del equipo de sala, siempre agradando en todas las necesidades. Un gran ambiente con la intimidad necesaria para hacer de nuestra comida de negocios una gran experiencia. Sin duda su oferta gastronómica está a la altura de un hotel de gran lujo de Madrid.
Elvira Conejero Crespo
+5
Estuvimos en el brunch del día 25 de Diciembre y la experiencia fue espectacular. Por lado el servicio y la atención tienen mi sobresaliente, fuimos con niños pequeños y nos hicieron sentir muy cómodos y estuvieron especialmente atentos a sus necesidades y antojos.
En cuanto a la comida, la oferta fue amplísima. Cabe destacar la gran mesa de ostras, probablemente las más limpias y mejor abiertas que he visto en mucho tiempo.
La bebida, grandes vinos y champagne. Nunca llegamos a tener la copa vacía, siempre estaban llenas y manteniendo la temperatura ideal.
Lo recomiendo sin duda alguna
Buen servicio, super atentos, y la comida está bien presentada, sabrosisima y de gran calidad, muchas opciones en carta y un menú muy completo.
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