Un lugar pequeño y muy acogedor, el servicio es excelente igual que la comida, ya vayas a compartir como a comer por platos. Espectacular para mi fueron el tratar de tomate, el puerro y el pie de Limón, sin desmerecer el resto de la comida. Un sitio para repetir!
Reservamos vía web a las 15.30 y llegamos casi con media hora de antelación. Nos atendieron con los brazos abiertos, David en concreto.
Teníamos el listón fijado donde el Marmitón lo establece, podéis ver mis reseñas de aquel, es decir, bastante alto. El local estaba lleno, todas las mesas ocupadas, algo más informal que el Marmitón pero se respiraba el mismo estilo.
Gonzalo, el chef pasó por nuestro lado y nos saludó súper amable, tal y como es él y nos dejamos recomendar en cuanto a la comida por Gonzalo y previamente por David en la bebida.
Tomamos un vino espectacular, Viloselle, súper recomendable. Para comer disfrutamos de croquetas de mejillones, una especie de mejillón tigre pero más espectacular, croquetas de pimientos, casi mejores que las de mejillones; el puerro con trufa y salsa holandesa, imperdible; tartar de tomate...fresco y con deliciosa presentación al nivel de su sabor; milhoja de rabo de toro...bueno... buenísimo. De postre el pie de limón, coqueto, delicado, crispi...no lo dudéis. Gracias por esa recomendación dulce David.
Total cuenta 83€, tres comensales, habiendo degustado todo lo comentado. Ah, nos pusieron unos taquitos de queso y unas cortezas al principio, junto con el vino.
Fabuloso de verdad.
Una pega, dos, que las comento por ser 100% ajustado a la realidad vivida. Ambas pegas resueltas a la perfección. Tuvieron un problema con los datáfonos y no se pudo pagar con tarjeta, dando como opciones efectivo y Bizum. La otra fue que se quedaron sin agua mineral sin gas.
Pequeño y acogedor. Algo ruidoso, pero lo habitual si la gente lleva dos vinos.
Carta corta pero para pedirla entera! Deliciosas las croquetas, los dos sabores. Las alitas ricas pero menos sorprendentes. Tartar de salmón muy bueno, y hamburguesa deliciosa y buen tamaño. Acompañada de un milhojas de patata y mayonesa de trufa. No pudimos pedir postre.
Si vinos, por copas , aunque muy apetecibles los que hay para pedir botella. Muy bien aconsejadas por David, que atiende con simpatía, y te dedica el tiempo que necesitas para responder lo que necesites. Atiende rapido pero no mete prisa, lo ideal. Por poner un pero, ojalá hubiera más variedad de vinos por copa.
Para volver muchas veces, se está a gusto
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