Opiniones La Viajera Taberna

Fuimos en las fiestas de San Lorenzo y no tuvimos que esperar para encontrar una mesa. El dueño fue súper amable, muy atento y el servicio fue bastante rápido. Buen ambiente para conversar y beber cervezas/vermut. Las tapas son grandes, muy ricas y a buen precio. La ensaladilla y el humus de aguacate estaban muy buenos. Sin lugar a dudas, volveremos. Gracias por el trato recibido!

Súper buenas indicaciones del dueño. Cervezas y aperitivos ricos

De esos lugares que te sorprendes y no te has ido y ya quieres volver, eso es lo que nos paso con esta taberna en pleno barrio de Lavapies. Si quieres probar un vermut casero este es el sitio sin duda; con unos precios razonables. Juan un encanto atendiendo. Visita obligada si vas por el barrio.

Muy buen bar para tomar algo y picar. Buen rollo, buena musica, buena decoración y un ambiente espectacular.

Sitio espectacular, decorado con muy buen gusto y muchísima personalidad. Trato excelente por parte de Juan, siempre atento, amable y simpático. Hay que probar la ensaladilla y la panceta confitada (una maravilla). Buenas tapas y buen ambiente!!! Muy recomendable!!!!!

Sorprendente, nueva y remozada taberna en una de las calles más emblemáticas de la zona, a caballo entre los míticos enclaves del Rastro y Lavapiés con una de las fachadas más reconocibles de Madrid. Merece la pena no quedarse sólo con la primera impresión y adentrarse en este acogedor local, decorado con mimo, reflejando el espíritu que nos quiere transmitir, no en vano, su nombre es "La Viajera". Un concepto de taberna castiza, de las de toda la vida, pero con aires cosmopolitas y aventureros. Cada elemento tiene su propia historia, que, estoy seguro, el dueño tendrá a bien explicarnos si el excelente vermú hace aflorar nuestra curiosidad. La selección de vinos, es cortita (a penas 6 referencias) pero muy bien cuidada (mención especial al Albariño "La Viajera", embotellado en exclusiva para esta taberna y que, junto con el Vermú, es obligatorio probar para entender lo que nos ofrece este local) Galicia, siempre presente. Además de ese halo "viajero" que impregna todo, la tierra es la tierra y se nota para bien. Tapas sencillas pero en las que han prestado especial atención a la calidad del producto, cosa de agradecer en estos tiempos de croquetas congeladas, aceitunas de supermercado y desprecios varios al buen hacer del tapeo.(No deberíamos irnos sin probar las empanadillas, la cecina, el original y excelente hummus de aguacate o, para los golosos, la tarta de Santiago). Un agradable descubrimiento en esta "nueva normalidad", con encanto, personalidad, trato excelente y gran calidad de producto, que sin duda merece la pena visitar, tanto si estás de paso como si eres vecino.

Un bar con buen gusto y encanto, ambiente ideal. Juan es auténtico, amable, encantador. Pone ricas tapas y buenos altramuces. Este lugar es uno mis favoritos en Madrid

Me parece muy injusta la valoración a día 09/01/22 de 4,8 estrellas. Se merece las 5 estrellas, y no bajar de ahí. El vermut, casero y preparado, es el mejor que he probado, y las tapas que pone el diligente y agradable dueño de acompañamiento, son sencillas pero deliciosas, hechas con mimo. La decoración es original y muy personal, el local es pequeño, pero está característica realmente realza el concepto del local, porque si no, no se tendría está experiencia tan personal. Un DIEZ

Lugar acogedor, regentado por un gallego muy simpático, agradable y acogedor. Comida variada, muy rica, para picoteo. Recomiendo la cecina,ensaladilla, albóndigas, empanada. El local tiene una fachada preciosa de una antigua peluquería.