Los mejores chilaquiles que he comido. El servicio, increíble. Todos. Mil gracias. Ha sido una experiencia para querer volver. La música muy bien elegida, la iluminación, y el ambiente muy amplio. Estilo cuando vivía en México. Con vistas a la plaza de las descalzas. Paredes de madera y mesas de mármol.
El restaurante es precioso, y el lobby para tomar algo antes de ir a cenar está muy bien. La comida de este restaurante es mexicana, pero recomiendo no ir con altas expectativas de comer mexicano, porque realmente un mexicano de verdad no es. Está todo muy bueno, Pero no tiene la esencia que debería tener. Lo que sí que me gustó es que es un sitio muy apto para gente con intolerancia al gluten, porque todo lo que lleva gluten está por separado. Además está pensado para que la comida sea para compartir, lo cual también es está bastante bien aunque no hay segundos platos y entrantes como tal. Nosotros pedimos el guacamole, los tac0s de cochinita Pibil, que estaban muy ricos, el mole de secreto ibérico, almendrado, que estaba espectacular, el pulpo que no estaba mal y luego además pedimos dos postres que era un merengue con melocotón y un arroz con leche que también estaban bastante bien. Es cierto que lo más caro de toda la cena es la bebida, sobre todo, si tomas vino champán, teniendo en cuenta que pedimos botella de vino y de champán.
Sin embargo, he de decir que están en mexicanos más caros y más baratos, que para mi gusto han estado mejor.
Visitamos el restaurante por primera vez en nuestro octavo aniversario de bodas. El lugar es elegante, bellamente decorado y tiene un gran ambiente. ⭐⭐⭐⭐⭐ ¡Guau! ¡El servicio fue extraordinario! Duarte nos ayudó y su amable, profesional e impecable servicio fue más allá de las palabras. Sabía nuestro nombre y sabía que estábamos celebrando nuestro aniversario, incluso nos dio champán en la casa para celebrar. La comida es cocina de primer nivel, bien preparada y con sabores increíbles. Pedimos su guacamole, gringas y chuletón y Merengue de Rompope y de 10 le damos un 20 a la comida y al servicio!! Terminamos con un delicioso 😋 postre. 🤤 Ah, por cierto, su Mezcal es deliciosamente sabroso. Sin duda repetiremos de nuevo!! ¡Sabemos que es "buen servicio", pero Duarte y todo su equipo fueron extraordinarios! GRACIAS Jerónimo y 👏🏻al cheff. ¡Este restaurante es altamente recomendado!
Es posiblemente el mejor mexicano en el que hemos estado. Ambiente y decoración espectacular, sonando la música adecuada durante toda la velada.
Nosotros fuimos a comer, para poder tener el resto del día para quemar esas calorías de más. Nada más llegar te das cuenta que es un sitio muy cuidado, desde las mesas a los baños.
Servicio dedicado y atento, en nuestro caso quizá demasiado ya que no había mucha gente. Pero agradable en todos los sentidos.
La carta no es grande, sin embargo nos dejamos llevar por las recomendaciones del servicio ya que parecía que tenían mucha idea. Empezamos por el guacamole y las flautas de papá. Continuando por la gringa de camarón y terminando con la cochinilla. No podía haber sido mejor.
Todos los platos muy recomendados, no sabríamos cuál mejor. Porciones generosas y espectacularmente buenas, todo acorde al prestigio de su chef.
Uno de los imprescindibles de la capital sin ninguna duda.
Me ha gustado muchísimo, el ambiente y decoración muy elegante, sencillo y sofisticado al mismo tiempo, en la zona junto a las ventanas mucha planta verde en jarrones muy bonitos. La atención estupenda desde el primer momento, nos han aconsejado muy bien, y atendido estupendamente, nos hemos sentido a gusto. Que decir de la comida mejicana, apetecible hasta a la vista por sus colores, será por la falta de costumbre pero hasta el olor de las tortillas me llamó la atención. Ensalada de tomate espectacular y guacamole muy rico con toques originales. Cócteles en línea y postres que sorprenden hasta al ojo. Todo en el marco de un hotel fuera de serie. No es barato, es cierto, pero creo que es proporcional a lo recibido.
Guillermo Parra Malvaez
+4
Experiencia buena, aunque ha dejado que desear. La decoración de lugar es un 10, así como la atención desde la llegada hasta que empiezan a llegar los platos.
Empezamos con una cerveza cubana y un cocktail Mariá María; las dos bebidas sin más, ni malas, ni buenas. Me sorprendió que siendo un lugar de Enrique Olvera una michelada no fuera buena al ser algo tan sencillo, y que la Valentina (salsa) no esté siquiera bien revuelta.
Seguimos con los platillos. De primero una tostada de atún con caviar (€25 euros por pieza); no repetiríamos. El atún no sobresale, y la tostada en sabor es nulo. No diré que es mala ya que la calidad del atún se nota, pero la relación precio/calidad-sabor es muy baja.
Continuamos con un choriqueso (€16). Aquí a diferencia del atún me parece un platillo precio calidad sobresaliente. Se nota que es un queso de calidad poco grasoso, al igual que el chorizo que nos comentan es hecho en casa. La porción es generosa y le acompañan tortillas de harina deliciosas.
Por último, un pescado a la talla (€49 euros) que es el mejor platillo sin lugar a dudas. Una pieza de rodaballo fresca, en su punto y con salsa roja exquisita. Le acompañan tortillas de maíz negro y amarillo para taquear y tienen 3 salsas: cruda, verde y habanero, de las cuales las dos primeras muy buenas, la de habanero muy picante (como mucho picante) imposible para acompañar algún platillo. Otra pareja de mexicanos a nuestro lado comentaron lo mismo.
Para finalizar queríamos un postre, sin embargo, las opciones son pocas y en nuestro caso ningún postre nos llamo la atención, por lo cual no probamos ninguno.
Los peros:
- Tardaron muchísimo entre plato y plato. Con el pescado se disculparon por la demora, pero las tortillas llegaron frías.
- A los platillos les hace falta sal. Las 3 mesas que estaban cerca pidieron sal (traen escamas de sal marina) y con esa pizca de sal extra los 3 platillos mejoran notablemente.
Destaca:
- La decoración del restaurante. Es un lugar diseñado por un despacho francés y uno inglés que como resultado crearon un sitio ameno, lleno de plantas, con una iluminación agradable y que hace a uno sentirse en casa. Las lámparas del salón de madera son maravillosas.
- El ambiente. La música y el trato de los meseros es muy bueno. Si bien se olvidaron de traer salsas y sal de nuevo (tuvimos que repetirlo 2 veces), siempre estuvieron atentos y nos explicaron todo con lujo de detalle.
- El pescado a la talla. Hemos comido en otros sitios, y puedo decir que es el único que nos ha gustado en España. Un platillo obligatorio.
Al final €151 euros para dos personas. Debatido entre 3 y 4 estrellas, donde la experiencia y el lugar hacen que sea un 4/5.
Que lugar tan ENCANTADOR, vaya decoración, se está muy a gusto y la atención es súper dedicada. Nos habían comentado que la comida era muy buena y decidimos probar! Hemos estado un par de veces y definitivamente ha superado las expectativas, la comida es deliciosa, los sabores son un canto al paladar, un pedacito de México en el centro de Madrid. Me ha encantado el guacamole, que por cierto lo hacen al momento, la cochinita es otro nivel, hay aguas frescas con y sin alcohol, los postres una pasada y una carta con precios razonables. . . Absolutamente recomendable, volveremos!!! Muchísimas gracias.
El sitio es precioso, con una decoración llamativa pero sin ser excesiva.
La atención de los camareros es fantástica, siempre pendientes y dispuestos a recomendarte.
La comida es deliciosa, mezclando clásicos de la cocina mexicana pero adaptados a productos locales.
Probamos un ceviche muy fresco y un choriqueso que, con las tortillas, formaba una combinación especial (aunque hay que decir que llena bastante). El mole negro es una delicia.
Los calamares es posiblemente el plato que menos nos sorprendió, no por sabor sino por verlos "demasiado" adaptados (quitando unas piparras que daban el toque de chile, eran unos chipirones con pisto).
Finalizamos con un postre de merengue con crema de melocotón que es de lo mejor que he probado en bastante tiempo.
Además, tienen una zona de barra donde te puedes tomar un cóctel.
En cuanto a precio, no es barato y creo que algún plato debería bajar, pero no es excesivo, una media de 40€-50€ por persona y te vas bastante lleno.
Nuevo restaurante en el centro de Madrid, aunque la dirección es plaza de las descalzas puedes acceder desde el
Hotel, además lo recomiendo para poder ver lo espectacular de la decoración que precede al restaurante.
Lo visité en el mes de mayo y tengo que decir que la atención es ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ de verdad que no escatiman en detalles, sin saturar.
El restaurante es bastante grande y tiene dos espacios muy diferenciados uno
Con luz natural ideal para comidas y otro más interior, en el que tiene que ser un lujo cenar. Tengo que decir que tuve la suerte que una persona del restaurante, al
finalizar la comida me enseño con todo detalle los espacios del restaurante contándome sus detalles y también diferentes estancias del hotel.
La comida me gusto muchísimo, se nota mucho que los tacos son totalmente elaborados en el restaurante. El
Único plato que me dejó un poco indiferente fue el arroz, que estando bueno, me sorprendió menos
Calidad/precio ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
Excelente restaurante mexicano en Madrid. El sitio es espectacular. La decoración y diseño son fantásticos. Para esperar hasta que estuviera nuestra mesa fuimos al Punch room a beber un ponche. El sitio es bellísimo muy cálido e intimo.
La cena fue muy buena. El servicio es muy bueno pero todavía les falta para ser un servicio de restaurante premium, los camareros son principiantes y eso se nota. La comida es exquisita. Todo se puede compartir. Pedimos 4 entrantes y dos platos principales. Éramos 4 personas. 2 botellas de vino y dos postres
Pagamos 75€ por persona. Para Madrid hoy en día en un sitio así está muy bien.
Si estáis por Madrid es una visita obligada al hotel Madrid Edition donde se encuentra este maravilloso restaurante. Y si pueden os recomiendo a probarlo.
Fuimos a cenar 3 personas. Comida exquisita, en especial recomiendo de bebida agua fresca betabel, y de comer la cochinita pibil.
Lugar espectacular, diseñado increíblemente, la comida mexicana tenía muy buen sabor, las porciones no eran tan grandes pero en relación al tipo de restaurante y al lugar los precios no me parecieron tan excesivos, el aguachile estaba de 10, sin duda lo volvería a pedir, muy recomendable cenar ahí, la atención del mesero fue muy buena.
Es un trozo de México en Madrid. Auténtico sabor mexicano, un servicio excelente y un manejo del producto espectacular. Pedimos guacamole, gringa de camarón, aguachile, mole y cochinita pibil. De postre merengue y arroz con leche. El cocinero también es encantador y muy profesional, con una gran trayectoria que se refleja en sus platillos. Las tortillas de maíz las hacen ellos y son de maíz nixtamalizado. Deliciosas, finas y no se rompen . La decoración del restaurante es moderna y càlida a la vez. Sin duda volveremos pronto.
El restaurante es espectacular, está dentro del hotel Madrid Edition que sólo por visitarlo, merece la pena ir. El servicio de Jerónimo es impecable, rápido y sin mucha historia, accesible para carrito y sillas de ruedas, la decoración es ideal. La comida, para mi gusto muy buena, algo cara, pero para darte un homenaje está perfecto. Mención especial para la Gringa Camarón, si vuelvo, repetiría. Tienen una carta de coctails bastante amplia,los margarita buenos, 14/16€ a mi que me gusta dulzón, lo pedí de piña y un acierto. No pedimos postre porque estábamos bastante llenos, pero dicen que no son de lo mejor del restaurante y son bastante caros. Las raciones no son muy copiosas pero con las tortillas( para mi gusto ponen pocas) y 3 platos sales más que comido. Te ponen unas salsas de cortesía de acompañamiento. Sin duda recomendable ir y probarlo.
Espectacular!! El interior del local está cuidado al detalle. La distribución, los materiales y la iluminación, crean un ambiente mágico. En cuanto a la comida, tanto la materia prima, como la elaboración y la presentación, de primera calidad. El servicio acorde con el lugar, dando una atención al cliente , exquisita.
Patsy Montiel - Madrid Seduce
+5
Un restaurante mexicano original y delicioso dentro de un hotel espectacular. Platos con base clásica y mucha cocina de autor se conjugan para ofrecer una experiencia inolvidable, cuyo artífice es el chef mexicano Enrique Olvera. Ojo a sus margaritas de mezcal, son un must. Equipazo en sala y una atmósfera elegante y desenfadada a la vez. Volveremos y recomendamos.
Lujazo de comida en la que el chef Enrique Olvera nos trae la tradición mexicana al centro de Madrid.
La comida es un auténtico disfrute con platos de lagrimón como el mole negro, el mejor que he probado en mi vida.
Recomiendo acompañar con unas margaritas.
Mención especial al servicio de mesa, hacia tiempo que no me atendían tan bien.
Increíble comida, pedimos el cebiche, la berenjena y el rodaballo, todo maravilloso! Pero sobretodo cabe destacar la atención del personal, súper atentos, amabilísimos y compartiendo muchos detalles de cada plato. Volveremos sin duda.
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