Cenamos dentro. Tardaron un poco en sentarnos pues parecía que tenían un poco de lío.
Hemos podido llevar al perrito lo que fue muy cómodo para nosotros
La comida que pedimos estaba rica. Los canelones de pollo asado, las rabas, las croquetas y la ensaladilla ( esta parecía que llevaba encurtidos por lo que tiene un sabor intenso).
La tarta de chocolate negro con sal muy rica, tipo mus. Pero porción bastante pequeña en relación al precio.
Cinco personas más bebida unos 90€
Buen sitio, con terraza amplia que comparten con el restaurante de al lado, aún que no se distingue bien.
Cerveza mahou bien tirada, y unas raciones, que a pesar de no tener mucha cantidad, están ricas.
Albóndigas, rabas, oreja y ensaladilla es lo que pedimos, y todo correcto.
Está en un lugar privilegiado como es la calle Ibiza y con el retiro al lado. Recomendable.
Cómo amante de las alcachofas puedo decir que volvería solo para comer las de La Retasca con salsa romescu hasta llenarme! Caras (5€ cadauna) pero buenas de verdad! La tortilla me decepcionó un poco, a pesar de su perfecta consistencia cremosa al interior, la cebolla estaba demasiado hecha y casi cubría el sabor de todo. Consejo: que no os falte pedir el pan acabadito de hornear con su aceite!
La decoración del local, tan retro y cuidada, te traslada al modernismo de principios del XX, sus amplios detalles en latón, el suelo con largas bandas longitudinales de mármol en alternancia de color. El servicio es rápido y eficiente. De la carta, las alcachofas, la tortilla y las croquetas están deliciosas. Las raciones de torreznos y oreja son abundantes y bien desgrasadas de tal forma que no resultan pesadas.
Taberna muy agradable en el gastronómico barrio de Ibiza en el distrito madrileño de Retiro. Con una decoración moderna, las raciones presentan una calidad muy digna y el servicio es muy correcto. Muy rica la tortilla "Capel", la ensaladilla, las alcachofas, las albóndigas. En definitiva: volveremos.
Una propuesta muy interesante. Se trata de un local inspirado en la década de los 60, decorado con mucho gusto por el detalle.
La carta, asesorada por el Chef Juanjo López, de la tasquita de enfrente, conocido por el respeto al producto, ha dejado su impronta en una carta corta, inspirada en esa época, y muy bien resuelta. Magníficos los boquerones en vinagre, aunque incomprensiblemente no los sirven con patatas fritas, y tampoco las tienen a la venta. Las gildas realmente buenas, aunque también piden a gritos unas buenas patatas fritas. A las croquetas les falta cremosidad, pero muy ricas de sabor. La tortilla Capel extraordinaria. Sin embargo, los platos más castizos, los callos y el morro, fueron los menos aplaudidos. Los callos iban algo pasados de pimentón, y el morro tenía un sabor a quemado (quizá el pimentón) que no era del todo agradable. Los postres muy ricos, especialmente la tarta de queso.
Magnífica selección de vinos y un personal atendiendo que vale un Potosí; rápidos, atentos, cercanos y que recomiendan con muy buen criterio.
Alejandro Rodríguez Ubes
+5
La verdad buena experiencia, pedí dos medias raciones de tortilla y de torreznos y todo muy rico, además que para ser medias raciones la cantidad era abundante y me quede satisfecho. Es cierto que la tortilla, aunque muy rica, me pareció que iba más cargada de cebolla que lo habitual, pero ya es cuestión más de gustos que de otra cosa.
En cuanto a precio no me pareció especialmente caro, teniendo en cuenta que la Calle Ibiza y otras calles cercanas suelen ser calles de bares y restaurantes caros
He visitado en varias ocasiones La Retasca para compartir medias raciones así poder probar más cosas.
En mi última visita comi unas ricas croquetas, unos boquerones en vinagre y oreja en salsa brava.
Relación calidad precio está muy bien 25€ dos personas con coca cola zero.
Si andas por la zona de Ibiza, acércate, dispone de terraza y comedor interior.
Hemos ido a comer al mediodía un viernes. Llegamos temprano y había una mesa libre (caso contrario os recomiendo reservar ya que estaba todo completo)
Pedimos la carrillera ibérica y los canelones. Dos platos que nos dejaron muy satisfechos.
Precio calidad esta bien.
La atención muy buena
Después de realizar varias gestiones por la zona elegimos esta taberna de la cual había leído buenas críticas y en nuestro caso también hemos tenido una experiencia agradable. Nos tomamos unas cervezas con unas medias tapas de croquetas y torreznos, a destacar la cremosidad y el saber sobre todo de las croquetas que están explendidas. Bonita taberna por la decoración y ambiente moderno con un buen hilo musical. Satisfechos, volveremos en otra ocasión a probar más platos.
Larga vida a las tascas, las de toda la vida, las del jaleo y el bullicio. Las de cocina de toda la vida, como La Retasca.
Raciones muy ricas, como la tortilla, las croquetas o la oreja. Eso si, hay que tener en cuenta a la hora de pedir que son muy abundantes, de hecho nosotros tuvimos que anular la última, y eso que tenemos muy buen saque. Eché en falta que nos lo advirtieran al pedir.
Estuvimos cenando en su terraza y nos gustó mucho. La carta es muy variada, destacando la gran variedad de raciones que tienen. Pedimos algunos de sus imprescindibles si os decidís por comer o cenar aquí: ensaladilla y tortilla de patatas, ambos riquísimos. Lo acompañamos de unas gildas, croquetas, una ración de morcilla y un par de alcachofas (buenísimas).
La única pega es que es algo caro (diría que le sobran uno / dos euros en cada plato). El servicio muy bueno y amable.
Muy recomendable
Muy recomendable por la zona. El servicio muy bueno en especial a Andrea, nos atendió de maravilla.
La comida está buena pero nada a reseñar aunque la tortilla estaba especialmente buena.
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