Local en pleno centro de Madrid con una esencia diferente.
Amplia carta con variedad de elaboraciones innovadoras pero con los productos de siempre. La materia prima es muy buena pero si es cierto que los platos son bastante pesados, muchas salsas y muchos fritos.
Hay bastantes mesas dentro, muy pegadas entre sí. No tienen terraza. Es algo difícil encontrar sitio en hora punta pero las mesas se van moviendo rápidamente. Los postres son una locura, si o si hay que probar la tarta de queso.
Restaurante de comida Mediterránea, los domingos se puede comer arroz con bogavante, hemos tenido que repetir de lo bueno y sabroso que estaba!!
No es la primera vez que vamos ya que por precio-calidad siempre salimos satisfechos.
El trato por parte del personal muy agradable y atento.
No dudéis en venir, eso si, no se admiten reservas, hay que ir y van dando mesa según se van liberando.
Hace mucho tiempo que no me acuerdo de comer con tanto sabor....comida a base de tapas perfectas para compartir entre dos...nos atendió Claudia, amabilidad absoluta en "hora punta"...los postres todos al mismo precio, curioso verdad? Un consejo,no ir a la hora crítica sino la espera se os hará eterna ya que no reservan mesas....un lugar para ir seguro....Volveremos con la familia....😜😜
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