Es una cafetería bastante mona, con buenos cafés y pasteles. Pero si algo cabe destacar es a una de sus camareras, Chelo. Una mujer muy simpática, muy agradable y servicial, nos ha tratado fenomenal y desde luego volveremos gracias a ella. Esperamos verte de jefa la próxima vez!!
Antes se llamaba URVI y ahora parece que lo cambiaron pero sigue en la misma línea, menú del día y platos combinados en una zona limítrofe de la vorágine de la Latina, para comer tranquilo y en plan casero.
Trato muy agradable y profesional, muy cercano y humano.
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