Original pastelería cafetería en pleno centro de Madrid. Muy ricos los pasteles, gran café. El local muy original, tiene un salón que te transporta al Madrid de los años 20 (1.920). En invierno debe ser ideal. Tiene mesas fueras. Ven a disfrutarlo
Cafetería en la tranquila calle de Moratín en el barrio de Las Letras, enfrente del café de especialidad de moda Osom.
Es una gran sorpresa cuando entras, no te esperas una decoración tan especial como el preciosísimo frutero?, los aparadores antiguos, el suelo antiguo, las lámparas, las ventanas antiguas. Tiene mucho encanto!
Tienen una amplia carta de tartas, empanadas que son como empanadillas pero gigantes de muchos sabores, bocadillos, zumos, batidos y dan menú del día.
Entramos con mí amiga por coincidencia, estando por el barrio y buscando alguna cafetería con buenas tartas. La tarta de queso con frutos del bosque ha sido una de las mejores en mi vida. Y la porción muuuy satisfactoria :-) Totalmente recomendable!
Tomamos un par de bocadillos en la terraza, la comida estaba buena (las botella de agua de plástico, también la de agua con gas) pero estuvimos un poco incómodos porque en las mesas de al lado estaban fumándo(nos). Teníamos un poco de prisa y el personal nos atendió enseguida e hizo lo posible porque pudiéramos cenar allí, muy agradecidos.
Me encantó el lugar muy bonito, la camarera Sara muy atenta. Volvería con mucho gusto!
Rico y abundante pedazo de tarta de queso a 5.75 euros. Local con terraza y listo para un nuevo cambio de imagen. Por el momento no ofrecen pan. Sus tartas todas caseras con pintaza
Hoy hemos estado tomando algo fresquito en esta maravillosa cafetería, pura maravilla!! Nos ha encantado el trato y amabilidad de Fiorella sin desmerecer al resto de sus compañeras, que nos han tratado con mucho cariño y atención.
Pequeña cafetería/restaurante que nos ofrece platos sencillos con buena calidad y buen precio. Los postres son caseros
Muy rico todo, nos comimos un strudel de manzana y nos atendió Fiorella, muy amable y amigable. Nos encantó el lugar, muy acogedor y privado, así como, la atención. 10/10 volvería a ir sin pensarlo dos veces.
Nos atendió Fiorella, una camarera peruana muy agradable y divertida. La tarta red velvet casera estaba deliciosa y los cafés también muy buenos. Para repetir.
Un lugar céntrico y un servicio excepcional. Fiorela es encantadora y está siempre dispuesta a ofrecer lo más adecuado para el cliente. Tío: nos leéis de probar la limonada casera :)
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