Minúsculo y modestísimo restaurante hindú en plena calle de Argensola. Precios de risa y comida excelente. Estupenda relación calidad-precio-cantidad de comida. Al ir tres personas, probamos prácticamente todas las opciones del menú no vegetariano, y salimos encantados y unánimemente partidarios del pollo Madrás.
Limpio, económico, y sobre todo después de la desagradable experiencia del Deli Darban India, su trato cortés y agradable
me supo a gloria
Rafael Sanchez de la Blanca Santamaria
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