Opiniones Casa Domingo

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Miguel Angel Andreu Alcalá
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Bastante bien, comida buena y raciones generosas. El bocadillo de calamares con pan negro, muy bueno ...pero como vaya Alberto Chicote pone firme a los camareros, sobretodo a la chica y al que se come las patatas y calamares cuando coge los platos del sitio de freír. Un saludo!
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Rapuncel Con C de Castillo
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La comida excelente y el trato y atención del camarero fue de diez. Además de profesional, amable y simpático... Eso sí, llevarse un cepillito de dientes para probar el bocadillo de calamares en pan negro! Exquisito pero te deja los dientes para lavarlos inmediatamente😬
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Miguel Angel Fernández
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Fuimos recomendados por el personal del hotel donde nos alojamos. Que gran acierto. Los bocadillos de calamares con pan en tinta, los mejores que hemos comido en Madrid. Las raciones bueniiisimas y te quedas con ganas de más. El camarero que nos atendió, Gordillo y no el del Betis, simplemente espectacular, amabilidad, profesionalidad, simpatía y siempre atento a lo que necesitaras. Cuando volvamos a Madrid repetiremos sin dudar
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Transporte Villaviciosa
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Típica taberna de Madrid con muchos muchos años. Tapas ricas (gambas)y cerveza bien tirada. Pleno centro de Madrid, lugar típico.
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ismael lopez bonilla
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Reseñar el trato de uno de los camareros que nos atendió. Seguro que llevaba allí buena parte del día y que forma parte del negocio desde hace mucho. Pero el trato que nos dio, fue inmejorable. Petado de gente, pero con una sonrisa y una amabilidad impecable.
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Ezio Ramon
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Lugar muy agradable y tradicional. Nosotros pedimos unas croquetas, un pulpo a la gallega, un bocadillo de calamares con pan negro y una tarta de queso y todo estaba brutalmente delicioso. Mención especial al camarero Chema, quien siempre se mostró servicial y educado con nosotros. Un auténtico fuera de serie. No le pongo cinco estrellas porque sí que es verdad que me ha parecido quizá un poco caro. Aún así es un lugar muy recomendable al que acudir.
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Rosaura C
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Muy rápido el servicio, los huevos rotos deliciosos, los camarones al ajillo también. De entrada pedimos queso manchego. El chico que nos atendió fué muy eficiente
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santiago tortajada
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Tomamos un cocido espectacular regado con un buen vino joven de Toro de la propia casa, y una tarta de queso casera inolvidable El camarero José Ángel es estupendo , de los pocos que quedan. A su jefe, No olvides subirle el sueldo 👍👍
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Miguel Angel Gonzalez
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Grata sorpresa. Bar muy concurrido, con unos bocatas de calamares muy ricos y especiales. Tiene un interior con una decoracion clasica y sobre todo nos encontramos con un cartel creado por el pintor por excelencia de la movida madrileña, Sigfrido Martin Begue. Parada obligatoria cerca de la plaza mayor. Tiene un vermut de grifo espectacular. Con precio comedido para ser un local centrico.
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Luis Cisneros
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Venimos a probar el bocadillo de calamares y nos encantó. El lugar es súper cómodo y agradable! Nos atendieron excelente.
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Andoni Calvo
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Hemos estado por segunda vez, esta vez con más familia y niños y nos has tratado de cine. El camarero jovencito (no recuerdo su nombre) es un encanto y se ha preocupado en todo momento de que todo estuviera bien. Los bocadillos de calamares, las bravas y el gazpacho casero excelente. La comida perfecta y el local con mucho encanto para los que quieran adentrarse en las gastronomía madrileña y castellana. Volveremos pronto.
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Juan Galpin
+5
Taberna / Restaurante al principio de la calle Toledo al lado mismo de la Plaza Mayor. Son varias las tabernas "La Casa del Abuelo" y tienen fama sobretodo por sus gambas, bocadillo de calamares, bravas, etc.., forman parte (calle Victoria) de las tabernas centenarias de Madrid. Está de la calle Toledo no es la más antigua pero probablemente sí la más conocida, su emplazamiento es insuperable. Copio un extracto de la historia de la Casa del Abuelo: "Parece que fue ayer cuando en 1906 el fundador de La Casa del Abuelo abría las puertas de su primera taberna en la calle Victoria 12: en pleno centro de Madrid. En sus primeros años, La Casa del Abuelo empezó a ser famosa por sus rosquillas y su vino dulce. Llegaron los años 20 y 30 y con ellos, la idea de su fundador de ofrecer bocadillos a sus clientes. La Casa del Abuelo no sólo se convirtió en la primera taberna que vendía chorizo, anchoas o sobrasada dentro de un pan, sino que también consiguió algo mucho más difícil: vender más de 1.500 bocadillos en un solo día. Tan grande fue el éxito, que tuvieron que ampliar el horario abriendo de 9 a 3 de la mañana y ampliar la plantilla a 13 personas. Pero llegó la guerra civil. Y con ella la escasez de pan y el hambre. Había que reaccionar, por eso es en los años 40, época de posguerra, cuando sus dueños deciden introducir en el menú lo que más tarde se convertiría en el secreto de su éxito: las gambas. Por 1,60 pesetas te las preparaban a la plancha acompañadas de un vaso de vino. Se vendían solas. Más tarde, empezaron también a hacerlas al ajillo. Un día alcanzó la nada despreciable cifra récord de 306 kg de gambas a la plancha servidas en un solo día. Poco a poco, El Abuelo (como llamaba mucha gente al restaurante) empezó a ser conocido también fuera de España. Su fama llegaba tan lejos, que por sus puertas incluso empezaron a entrar políticos, actores o grandes escritores de la época. El lugar de origen del famoso vino dulce de La Casa del Abuelo está en Alicante. Durante mucho tiempo, en el rótulo de la taberna figuraba otro nombre: La Alicantina. En la que también se despachaba vino blanco y moscatel, aunque ninguno de ellos obtuvo la fama que logró el de Alicante. Todo empezó en los años 50, cuando el fundador de la taberna decidió irse hasta Alicante para comprar el mejor vino dulce. Patricio Ruiz -abuelo de los actuales dueños y verdadero amante del vino- decidió fabricarlo él mismo en sus propias bodegas. Obtuvo un vino dulce tan rico, que el público empezó a llamarlo cariñosamente vino El Abuelo. En La Casa del Abuelo se embotellaba el vino tras mantenerlo en una cuba muy grande donde los mismos camareros se encargaban de aportar la mistela al vino seco y remover y remover para evitar que se picara y conseguir el punto idóneo. En 1990 se retira el rótulo de La Alicantina del establecimiento para adoptar el nombre con el que el público tiempo atrás le había bautizado gracias a la fama de su vino: La Casa del Abuelo"
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patricia Devia
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Este restaurante está ubicado cruzando la plaza mayor, bajando como quien va al mercado y aunque fuimos por el bocadillo de calamar, pedimos un arroz caldoso con camarón y realmente delicioso, aunque no tome fotos del bocadillo de calamar mi compañera dijo que delicioso, por el calor preferimos hacernos dentro, la atención no es tan demorada aunque estábamos solas en ese momento. Pero en cuanto a sabor y sazón delicioso
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Irene Mencias
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Los bocadillos buenos. He ido varias veces y la verdad podrian poner más relleno. .....los camareros ( repito he ido varias veces) dejan mucho que desear, de lo peor que me encontre en mi vida. En barra siempre está el mismo. Servicio lento , sirven por tiempos y si les pides algo.....terminas por desistir.
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Gregoria Diaz- Maroto Arellano
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Excelente 👌 servicio, espectacular ,el vocadillo de pan negro con puntitas de calamar. Las gambas al anillo únicas. I sus arroces exquisitos. Un saludo especial a chema, un gran profesional.
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Beatriz Sánchez
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Volveremos a repetir sin duda, por el buen trato y lo rico que estuvo todo.
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