relajante y tranquilo
perfecto para leer el periódico y escuchar una música estupenda
su acceso no es accesible. baños no accesibles por escaleras...fotos
zona de exposición en la parte de😑abajo.
música en vivo a veces
Cafetería en la zona de Moncloa con mucha historia. Tiene una decoración muy clásica y peculiar que, al entrar y estar un rato allí, da la sensación de que el tiempo se detiene.
Es un local tranquilo, acogedor, con música agradable a un volumen moderado y buen servicio en las mesas. Todo ello permite una buena charla con 3-4 personas o estar tranquilo consultando tus redes sociales mientras se disfruta de un buen café.
Un sitio distinto que merece la pena conocer. Muy original y recomendable.
¡Qué decir de El Tambor! Lugar emblemático donde los haya. Sitio de referencia en Moncloa y el Café por excelencia. Ideal para charlar, leer el periódico y escuchar muy buena música. Es de mis sitios fetiche desde hace más de veinte años. Jaime, el dueño, es una persona encantadora, culta y siempre con una sonrisa. No puedo decir de El Tambor más que cosas buenas.
Alguien debe hacer algo. El Tambor era el pilar social del barrio. No ha habido un café con más categoría en Madrid en veinte o treinta años. Buena música, discreción, el rincón hogareño de tantos mayores y no tan mayores... Ayuntamiento de Madrid: ¡hagan algo!
Esperanza Redondo Morales
+5
Un acierto este sitio, que descubrimos por casualidad y al que hemos vuelto después en infinidad de ocasiones. El ambiente es muy tranquilo, con música a un volumen suficiente para escucharla sin por ello dejar de escuchar tu conversación. El café irlandés lo preparan riquísimo, y por si todo esto fuera poco, los camareros son encantadores.
Una joya dentro de Madrid, abierto en 1974. Digno de admirar y explorar cada rincón del local. De los poquitos PUB tipo inglés con solera y caché que aún se conserva como antaño. Ideal para tomar un café ó una buena copa servida con profesionalidad.
Pocos sitios se mantienen incólumes desde los ochenta. El Tambor es un clásico de las parejas y las tertulias, el café tranquilo, la copa despaciosa y la charla sosegada. El servicio, muy bueno, como siempre: atento y eficaz, pero imperceptible, lo que muchas veces se agradece.
Me encanta este café para pasar un rato en cualquier momento, es muy amplio y está decorado con bastante gusto. El personal es muy profesional y muy amable, nunca me han atendido mejor. Y el café está muy bueno, ¿qué más se puede pedir?
¡Qué café tan precioso! ¡Qué buen gusto tienen los dueños. La verdad es que es uno de los cafés más bonitos de todo Madrid. Quiero destacar su decoración claramente Modernista y sus deliciosos bizcochos
Un café histórico en Madrid. Perdura y mantiene el clima, sabor y buen hacer de lo que era y debe ser un buen café.
Un lugar, de los que ya no qieda que, que invita a hablar, leer, escribir, trabajar, reconocer el tiempo..., Todo ésto, cuidado y atendido con ese saber hacer de quien disfruta proporcionando bienestar a los demás.
Un café, que no ostenta modernez (combinados, ginebras, música por todo lo alto, etc ), sino el valor de lo bien hecho.
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