El Rincón de PANG PANG, es uno de los restaurantes que encontramos cerca del barrio de Antón Martín. Es un pequeño restaurante de decoración sincretica informal dispuesto a lo largo desde su entrada. Los suelos son de baldosa rústica en textura y color madera, con mesas sencillas, sin manteleria. El marrón y los tonos Bage predominan en su conjunto mobiliario, haciendo complementos con los cuadros de estilo natural abstracto, y trece pequeñas figuras enmarcadas de arte ingenuo orientales. Al fondo se halla la cocina, pero un poco antes un pequeño bar / mostrador donde, además, se organiza la logística del servicio del restaurante. El ambiente del local, aunque pequeño, ofrece acogida y tranquilidad.
Con este preámbulo nos disponemos a probar unas empanadillas chinas. Crujientes y de masa fina y suave, estas empanadillas envuelven una carne de cerdo bien salpimentada con Cebollino y repollo. Como es la norma, a las protagonistas les acompaña la típica salsa de vinagre de arroz, azúcar, salsa de soja y un toque de aceite de sésamo. Al principio hemos dudado sobre la manufactura artesanal de las empanadillas, mas finalmente, hemos comprobado que si lo son. Ha sido una buena opción para iniciar el almuerzo.
Aunque en su carta no aparece, hemos pedido un arroz CHAO FAN que finalmente llegó a ser un ARROZ TRES DELICIAS TUNEADO con gambas y huevo. Fue entregado sobre la mesa sin la SALSA DE SOJA, para lo cual hemos pedido la salsa y hacerlo nosotros. La salsa no era la espesa, con lo cual el arroz no se podía teñir. El sencillo arroz estaba aderezado con: ZANAHORIA, GUISANTES, HUEVO y CEBOLLINO. El sabor estaba muy bien. El arroz estaba cocido en su punto. No tenía glutamato pero su punto de SAL y los ingredientes naturales le dieron su justo valor.
Finalmente, hemos probado las GAMBAS CON BRÓCOLI. El plato es muy sencillo, tiene sólo PIMIENTO ROJO, BRÓCOLI, ALGA Y, evidentemente, LAS GAMBAS, doce en total. Al agua que desprenden los vegetales, se le zazona con un poco de sal y se espesa con un poco de harina de arroz. Todos los ingredientes estaban bien frescos y cocidos en su punto.
Acerca de la atención al cliente, solo notamos tres detalles: pedimos un plato fuera del menú (Chao Fan) que al final era el arroz tres delicias que ofrecen en la carta, con un poco de gambas como complemento. El arroz se pidió fuese teñido, pues, con su salsa de soja espesa. Y nos llegó blanco al estilo TRES DELICIAS... para arreglar el entuerto no permitimos que se llevasen nuevamente el plato, pedimos, pues, la salsa SOJA ESPESA. Pero difícil es que un chino no pase de ti, así que nos enviaron la salsa de soja ligera, que no sirve para teñir el arroz. Por lo menos, las chica que fallaba en el servicio ofreció disculpas; pedimos a la misma chica una jarra con agua que no llegó, por lo que tuvimos que volverlo a pedir.
En general, las chicas que atienden son muy atentas y serviciales aunque fallen un poco en su servicio. Algo positivo hacia ellas, notamos que al poco de llegar, se nos proporcionó una estufa para estar más confortables en la zona de la entrada del local, la cual mantiene sus puertas abiertas al paso de los transeúntes de la calle. Eso ha sido un buen detalle. La experiencia en general ha sido buena.
Por último, mencionamos otro detalle, que bien no tiene por qué ser de las preferencias de la mayoría: Los platos servidos con las gambas fueron entregados con éstas SIN PELAR SUS COLAS!!! Y volvemos a lo mismo: no se puede degustar un plato de comida cuando, en su proceso de degustacion, debemos interrumpirlo para hacer MANUALIDADES... NO NO NO NOOO!!! Quitar las colas es interrumpir el acto amoroso con el plato... Así que, por esa razón, no les damos las cinco... No se ha alcanzado el máximo de disfrute de su cocina. Por lo demás pues todo muy bien en su justo nivel.
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