Opiniones Janatomo

Sin duda el mejor restaurante japones de Madrid, calidad, atencion, precio...

Maravilloso¡¡ trato impecable y comida intachable. Por poner una pega, la cantidad.... Pero también, es que soy un comilón jajaja 100% Recomendable¡¡

Sitio agradable pero lamentablemente nos tocó al lado de un grupo escandaloso y las mesas son un poco incómodas. La comida es cara, escasa pero de buena calidad. Tengo que destacar que los postres que llevan judías rojas tienen muy buen sabor.

Una grata sorpresa!! Atención impecable en un lugar junto a la Gran Vía, muy tranquilo y acogedor. La comida excelente, al igual que el servicio, muy bien de precio. Elegimos un menú degustación para probar variedad de platos.

Excelente restaurante, acogedor, muy buen trato y una calidad y sabor de los mejores que he probado en Madrid. No es barato, pero la calidad lo merece. Seguro volveremos 😍

Mi restaurante japonés favorito de Madrid. El menú japonés es un clásico para los que quieran disfrutar de los platos habituales. También hay algunos platos chinos. La atención es excepcional.

Auténtica comida japonesa, si quieres experimentar platos nuevos y sabores diferentes este es tu sitio. Nos han encantado los tazones de arroz con ibérico, el buey sobre arroz, y el sushi. Deja espacio para los postres sin duda te sorprenderán.

Este lugar forma parte de mi vida. Mis padres ya lo visitaban cuando antiguamente se llamaba Hong-Kong allá en los 70. He pasado por allí desde que mi madre estaba embarazada de mi, posteriormente en trona de bebe, luego con amigos, novias y actualmente con mi mujer e hija. También voy cuando recibo visitas de fuera (incluso de amigos japoneses) y mis padres celebraron hace poco allí sus 40 años de casados. Mi abuelo accedió a comer un día en algo "no español" y sólo aceptó la idea cuando supo de disponía de pan español para acompañar, entiendo que para ayudar a atraer a clientela en el menú, aunque se daba con retricencias y no aparecia en la carta. Este recuerdo es muy simpático porque a veces lo teníamos que pedir 3 o 4 veces, y con todo el sentido del mundo no les hacía mucha gracia servirlo. Cuando era pequeño me volvia loco el plato que ofrecían con la comida de sus 3 salsas en cuenquitos de cristal y cucharas (dos agridulces y una con base de soja) que yo le echaba a todo hasta tener que pedir otro plato de salsas. Tenian un camarero español que atendía vestido con pajarita y su trato era envidiable y le daba un toque muy original en esa época que era imposible ver esa mezcla de culturas en un restaurante. Su dueño original (y su mujer y posteriormente sus herederos) han sido unos auténticos pioneros de la comida japonesa no sólo en Madrid sino en España y no tengo claro que esto haya sido tan reconocido como se merece. En esa época uno sólamente se podía hacer camino con la cocina asiatica empezando con platos chinos que estaban también empezando y hoy janatomo ha mantenido posteriormente hoy en 2019 y tiene un por qué, que va en el ADN del restaurante. Janatomo no ofrece platos chinos y japonenes como los actuales asiaticos que ofrecen un popurrí, tiene un motivo basado en su nacimiento y crecimiento. Puedo afirmar sin lugar a duda que ha sido de los 2 o 3 primeros sitios de Madrid que ha ofrecido RAMEN en su carta, aunque antiguamente se denominaban tallarines en caldo para que pudieramos entenderlo todos. Sus costillas asadas con ese color entre rosa y morado han sido y serán las mejores que he probado nunca. Echo en falta sus antiguos salones del local que estaba situado unos 40 metros más abajo y es verdad que algunos platos chinos han cambiado ligeramente incluso perdiendo algo de su esencia original pero sigue teniendo el alma de siempre y también se han añadido cosas nuevas que antes no había. También anhelo su gran mural al fondo del restaurante y ese olor inconfundible que sólo tenía Janatomo. Mi primer Jakisoba lo tomé allí absolutamente nadie de mis conocidos tenía la menor idea de lo que era (a que suena raro?). Un día poco después de empezar el siglo XX, su dueño nos contaba con entusiasmo el nuevo concepto en el que estaba trabajando para ofrecer barbacoa en la mesa. Y efectivamente, hay que evolucionar y Janatomo evolucionó. Janatomo se trasladó, reformó sus salones y se reinventó. Su herencia del restaurante se quedó 40 metros abajo en la misma calle reina, la heredó un restaurante denominado Daiki-chi que guardó en su alma la cocina de Janatomo siendo casi gemelos, aunque hace pocos años Daikichi cerró. Eso demuestra que ni siendo los mejores ni teniendo la mejor cocina puedes quedarte parado, hay que evolucionar. Su cocina es variada, con una materia prima envidiable. Sus platos calientes tan espectaculares te obligará a repartir tu comida a partes iguales entre platos frios y calientes. Su sopa agripicante ya no es tan potente como antes pero me sigue trasladando al siglo XX. Aparte de esta historia, sigo yendo ,aunque menos por distancia al centro, porque siguen siendo los mejores no por nostalgia. Pero mis padres si que siguen yendo una vez al mes o así. Muchas gracias por formar parte de mi vida y espero poder ir algún dia con mis nietos!

Estupendo japonés situado a espaldas de la Gran Vía, en la paralela calle Reina. El local es muy curioso, con una decoración sencilla pero cuidada y con varias estancias distribuidas por el local. La atención del personal muy buena, muy amables y dispuestos, y la comida excelente. Una buena opción para comer comida japonesa de calidad en un entorno agradable y con unos precios bastante acordes.

He estado en este restaurante bastantes veces y, con gusto, he de decir que cada vez que voy, encuentro una sorpresa distinta. Tiene un ambiente espléndido, la atención al cliente es magnífica y, además, dispone de una carta verdaderamente amplia, cuyos platos son exquisitos. Sin duda, es un lugar genial, donde podrás descubrir el fascinante mundo de la gastronomía japonesa y viajar, mediante esa deliciosa mezcla de sabores, hacia las pintorescas tierras orientales. Indudablemente, les recomiendo visitar este inefable restaurante, donde se encontrarán de frente con la extraordinaria cultura japonesa.

Restaurante tranquilo, limpio y con muy buena atención. La calidad es buena, aunque las raciones no son muy abundantes