Muy buena experiencia y lugar recomendable. La atención es esmerada y muy cercana. La calidad de la comida es alta y cuidada.
Nos atendieron amablemente justo al límite del cierre, que es de agradecer. Lógicamente estaba la carta un poco limitada por la hora, pero saboreamos un cochinillo que estaba en su punto de horno y muy sabroso, con la carne muy tierna.
La relación calidad precio es buena y sobre todo por el entorno que es acogedor.
El local es acogedor y amplio con una decoración integrada en el edificio. Dispone de terraza en caso de que acompañe el tiempo, doinde se está con unas vistas muy agradables.
Se recomienda formalizar reserva previa, para que te tengan presente a la hora de servir sus productos estrella (cochinillo y cordero). El local se encuentra en la planta baja, dividido en dos estancias, luminosas y con aire acondicionado. Aparte, tiene una terraza agradable. No cuentan con menú, pero sí con una carta variada.
El servicio telefónico y la atención en primera persona fue muy grato en todo momento; servicialidad y atención impecables.
Todo espectacular, el cordero con un sabor increíble!! La carrillera y el pato también super rico, el personal es muy atento, el lugar tiene mucho encanto y repetiré sin duda para comer un cochinillo que nos hemos quedado con ganas!
El mejor sitio en Maderuelo para degustar un buen cordero.
Hacia años que no comía uno así de bien preparado.
A partir de ahora, sitio fijo para mi.
Fue una escapada preciosa entre semana, huyendo de la gran city madrileña para descubrir uno de los bonitos pueblos de Segovia, Maderuelo. Entramos en el restaurante la Posada del Medievo, y nos recibieron con exquisita familiaridad. Comimos en la terraza, al aire libre, en un día agradablemente soleado, sin los ruidos de la gran urbe. Relajamiento total. La carta seducía sin asustar con el precio. Tras unos entrantes exquisitos, -destacó la morcilla de arroz perfecta, bien hecha por fuera y por dentro-, continuamos con un delicioso confit de pato con grosellas y una carrillada perfecta. Gran día de satisfacción gastronómica, personal amistoso y agradable, poca gente en el pueblo y un paseo por sus calles semi desiertas con paisajes grabados en las cámaras y en la memoria. Muy agradable el sonido de las aves, la suavidad del viento y la paz relajante de las calles silenciosas. Nos hemos prometido volver.
Nos recomendaron el pulpo a la brasa sobre cama de puré de patata y distintas carnes. Todo muy rico. Comimos en la terraza
Pedimos comida para llevar, para cenar en el hotel. Ya estaban cerrando el restaurante, y solo quedaban tortilla de patata y oreja rellena. Muy ricos ambos platos. El servicio realmente bueno, el dueño nos atendió con gran amabilidad y cercanía.
El ambiente es bonito en el comedor interior. Creo que tiene terraza, pero no es cubierta, y en invierno no se suele poder usar por el frío.
Un lugar recomendable y con personal muy amable y agradable.
Estuvimos cenando en la terraza y es un sitio estupendo, buena comida y buen servicio. Los entrantes buenísimos, el pato y el churrasco de 10
Sensacional. Un lugar extraordinario en un marco magnífico. Disfrutamos primero de unas cervezas en su fabulosa terraza. Después, comimos en el restaurante, sencillamente: una maravilla. El trato fue excelente, el vino de la casa muy rico y la comida, especialmente el cordero asado, para no olvidar. Merece mucho la pena, nos hemos vuelto a casa muy satisfechos y agradecidos.
Cenamos algo de picar de modo informal en el precioso pueblo de Maderuelo. El restaurante está ubicado tras pasar el arco a la entrada del pueblo. Las raciones bastante buenas. Las alcachofas eran espectaculares, pimientos rellenos también exquisitos. Precio algo elevado. El servicio es muy rápido y atento.
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