He tenido el placer de disfrutar de una experiencia gastronómica única y especial en el restaurante Aitor Esnal de Logroño. El chef Aitor Esnal combina los productos de La Rioja y sus recetas con sus raíces culinarias asiáticas en un resultado sorprendente y digno de conocer.
El personal es muy atento y profesional, y te explica cada plato con detalle y simpatía. El ambiente es tranquilo y acogedor, y la decoración es moderna y elegante. Sin duda, uno de los mejores restaurantes de Logroño. Lo recomiendo al 100% y volveré seguro.
Goizalde diaz de guereñu
+5
Espectacular!! He tenido el placer de disfrutar de una experiencia gastronómica maravillosa donde se cuidan los detalles con absoluto mimo.
El restaurante tiene una cuidada y elegante decoración que lo hace muy acogedor.
El personal muy atento en todo momento nos ha explicado con detalle cada plato.
Aitor muy pendiente de la cocina y de atender personalmente cada mesa durante el servicio.
Y la comida exquisita donde cada plato ha conseguido sorprendernos.
Sin duda una experiencia 100% recomendable. Eskerrik asko Aitor.
Ha sido toda una experiencia. Servicio amable y cercano 100%. Aitor ha estado hablando con nosotros antes y después de la comida y Mamadou nos atendió con una especial amabilidad y conocimiento del producto.
La comida se resume en un menú muy bien dimensionado, en el que quedó claro cuáles eran los platos principales, pero que no escatimó en mostrar curiosos sabores en todos los entrantes.
Mención de honor a la berenjena thailandesa, y a la mahonesa de yema que acompañaban con un panecillo a la brasa.
Me habría gustado ser un oso hormiguero para lamer todos los platos a fondo desde el comienzo, pues las salsas sorprendían por todos lados.
Además, aunque no pedimos ninguna botella de vino entera, probamos 3 copas diferentes, con buen consejo en su elección.
El postre en mi opinión quizás estaba un pelín por debajo del nivel en general, pero terminamos con un buen café que acompañaron con una mini magdalena y un bomboncito espolvoreado de jengibre que le dieron el broche final.
Además, nos regalaron un par de copas de licor de jengibre muy rico, y otro par de copas de cava al comienzo.
Por terminar, no quiero descuidar el buen gusto en la vajilla, con elementos cerámicos artesanales, de porcelana, en muchos de los platos, y una personalidad y estilo muy consecuentes con la comida, y el estilo del restaurante.
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