Pasamos por aquí de noche y no pudimos entrar porque en pleno agosto había que hacer reserva, pero el sitio se veía muy acogedor así que reservamos para la noche siguiente. ¡En general muy buena experiencia! El servicio rapidísimo, marcas en un papelito lo que quieres y a partir de ahí te sirven, cuando el camarero dijo "ahora mismo" no bromeaba ya que nos lo trajeron casi todo en 5 minutos, y eso que tenían gente, se nota que tienen bien dimensionado el tema servicio. La comída riquísima, en especial el txacolí de arroz y setas, nos habríamos comido 3 raciones más como esa :) Y ahí está el tema a conocer, es un sitio que hace comida bastante elaborada, con materia buena y con un trato al cliente muy cuidado y por lo tanto las raciones, relación calidad-precio, son tirando a pequeñitas, ideal para una cena en pareja. Si sois de los que deboráis, recomendaría subir un poco el presupuesto y pedir alguna ración más, nosotros pedimos 3 por cabeza y salimos con esta sensación de haber disfrutado mucho pero poder haber comido un poco más. Pero si os gusta la comida de calidad con un toque chic y tenéis un apetito moderado, yo creo que os gustará mucho. El camarero que nos atendió super educado y atento y hasta charlamos un rato con él de trivialidades, muy bien el trato al cliente la verdad. No pedimos nada de postres así que no puedo opinar, pero hicimos una copa para disfrutar un rato más del local, ya que merecía la pena, un señor copón de Baileys con hielo, ahí si fueron generosos! En general repetiría, sobretodo para ocasiones especiales.