Miguel Ángel Álvarez Ramos
+4
Buena calidad en la elaboración de los platos. El menú es aconsejable por la variedad y rapidez. Además si tienes ya unos añitos es un buen lugar para recordar los juguetes de la infancia ya que el comedor tiene decoración con juguetes antiguos. Lugar recomendable si visitas el pueblo.
La ventana estaba abierta además del aire acondicionado y se llenó de moscas.
La comida normal, aunque el hojaldre de pera y pato estaba muy bueno.
La decoración te lleva a recuerdos de la infancia y hace amena la comida.
Los empleados amables. Fin de semana menú 22€
Fuimos a comer sin reserva y pedimos una mesa dentro para ver todos los juguetes que decoran el restaurante y son una pasada, vale la pena ir por la experiencia, pero se paga más lo bonito que es que por la comida, es bastante normal. Pedimos rabas, buenísimas y albóndigas con patatas, poco destacable. Pedimos dos tartas para degustar distintas pero las porciones me resultaron demasiado grandes, no pudimos terminarlas y fue una pena desperdiciar parte de ellas.
La atención fue muy buena y los baños estaban muy limpios.
Pagamos alrededor de 20€ por cabeza.
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