Nos alojamos unos pocos días en un bungalow y todo fue genial. Era una parada camino a Galicia, pero si llegamos a saber, nos quedamos más días. Muy amables, el camping familiar, bonito, con el río a tan solo unos metros! Un entorno privilegiado, las recomendaciones de los dueños para ver los alrededores, de 10 y las pizzas para cenar, deliciosas! Coincidimos con varios grupos de scoutt's ( muy curioso de ver, por cierto) pero ni nos entreramos, a las 23.30-24 silencio total. Esperamos volver a conocer más la zona.
Buena experiencia. Un lugar tranquilo, con buena distribución, con toma eléctrica y tres colchones en la tienda glamping. En verano refresca bastante por la noche, pero es de agradecer. Con una sudadera y el edredón, tan a gusto. He estado muy a gusto, con el rumor del río al lado. Instalaciones para los niños (colchonetas, rockódromo, tirolina...). Aunque limpian aseos comunes todos los días, sugiero reforzar zona de duchas. Se echa de menos un punto de recogida de agua potable, (fuentes) y lavadora.
Es un lugar único en un enclave único, pero lo que de verdad lo hace maravilloso es el equipo humano que trabaja allí, porque se ve que lo hacen de corazón.
Si vas buscando un camping "comercial y al uso" este NO es tu sitio. Es un camping pequeño, familiar, para desconectar de la vida cotidiana. El restaurante sirve unas comidas muy ricas y bien servidas (recomendable la carne).
Hay zonas para que los niños jueguen: Camas elásticas, tirolina, rocódromo, etc...
Playa fluvial para refrescarte, pero la verdad es que no nos ha hecho clima para ello y no la hemos probado.
Hemos estado en bungalow y albergue, y las dos cosas están muy bien.
En resumen, esperamos volver y lo recomendamos totalmente.
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