Opiniones Meson Arropain Restaurante

Local muy bonito . Cocida de primera calidad. Todo exquisito. Camareros muy atentos. Local muy confortable . Pedimos un lenguado para Dios, su precio 70€. Estaba exquisito

Recomendable!! Todo riquísimo, buen servicio y ambiente agradable. Volveremos.

Si tuviera que estar enamorado hasta el tuétano de un lugar, sería este. Siempre que venimos a Euskadi, el Arropain es un sitio al que hay que buscar un momento para ir (eso sí, reserva con un poco de tiempo!). Soy más pobre que un zapatero en primera línea de playa y, pese a que no es un restaurante particularmente barato, cada céntimo que pagas LO VALE. Y con creces. Más vale ahorrar un tiempo y venir a comer un día que ponerte trofollo de kebabs. De verdad, os lo prometo, que no os arrepentiréis. Nuestros favoritos: Momos y el micuit de entrantes, luego un rape negro y de postre la tarta de queso. Momos, micuits y tarta son los mejores que he probado en la vida, y mira que he comido en sitios, pero el rape negro…buf…Jamás lo he comido más que aquí y siempre pido lo mismo. Aparte de mi carácter puretil y mi incipiente calvicie cartonosa, soy reacio a los cambios y…bueno…Algún día tendré que probar otras cosas, pero hoy, después de un año de estar por última vez, NO!! (Aunque hemos visto pasar un rodaballo y un lenguado que eran dignos de matrimonio). MILESKER DENAGATIK!!! Tornarem!! :)

Restaurante acogedor, comida de calidad pero siempre con reserva.

VENTAJAS: el trato y el servicio; el estilo y la decoración del comedor; la calidad del producto y su relación con el precio; la oferta de la carta; la selección musical y la tranquilidad del ambiente... DESVENTAJAS: realmente no encuentro ninguna de peso. Por señalar algo, en la carta únicamente encontramos un plato de carne, pero casi que mejor porque merece la pena probar cualquier variedad de sus pescados. LA EXPERIENCIA: nada más atravesar la puerta se aprecia la tranquilidad que inunda el comedor, decorado de manera muy sencilla pero con mucho gusto y adornado con un hilo musical muy acorde a la paz que reina durante toda la comida. De entrada llama la atención el carisma que despierta Javi (supusimos que era el propietario) a la hora de explicar la carta, con un mimo y una dedicación que dan ganas de probarlo todo; todo un anfitrión. A la hora de seleccionar los platos, nos dejamos asesorar y, como no podía ser de otra manera, optamos por probar el pescado. De primero una sopa de pescado y de segundo rodaballo. También nos decidimos a probar un entrante llamado "momo", una especialidad tibetana que figura en carta (por ser la cocinera originaria de allí). Todos y cada uno de ellos fueron espectaculares; pero no puedo evitar destacar la sopa de pescado como el que más me gustó, por tener un toque especial y diferente. Sin lugar a dudas, un sitio para recomendar y disfrutar de la experiencia de comer productos típicos, de calidad y a un precio más que razonable.¡Para repetir!