Super agradable en la terraza. La chica muy atenta y simpática nos asesoró con la comida. La comida buenísima. Precio ideal para la calidad de la comida que fue superior. Volveremos
Si vas por la zona del muelle deportivo no dudes en venir al Allende, almorzamos en la terraza muy bien la comida muy buena, camarer@s muy atentos, recomendable.
Como todas las veces que he ido la comida muy rica, merece la pena volver, pero esta vez el servicio un poco flojo, varias veces para pedir un servicio de plato y bebidas, aun así vas a comer y el lugar y se agradece el tíquet de aparcamiento. Es para volver.
Local en el muelle con fácil acceso y zona de aparcamiento.
Tiene una gran terraza y destacar la amabilidad del camarero que nos atendió.
Cenamos unas hamburguesas y estaban muy buenas.
Carta abundante donde hay casi de todo y los platos que salían a nuestro alrededor tenían muy buena pinta sobretod
Me sentí como en casa... excelente las berenjenas con miel y el arroz negro una esquisite
...😀
Allende Muelle , un restaurante muy acogedor.
Con una carta diferente de los otros Allende, donde dan más espacio al producto local y del Mar.
Con su maravillosa terraza, donde disfrutar más y mejor mientras pruebas su deliciosa comida.
Precioso y gran salón comedor con diferentes zonas también
He estado cenando con amigos y la verdad que muy bueno el lugar, la atención bastante buena y desde luego, la comida un 10
Bien ubicado, con fácil aparcamiento. Te bonifican dos horas del parking del muelle deportivo. Carta variada con cositas muy ricas y de precio bastante ajustado en relación a la calidad que sirven. Postres algo ajustados en variedad pero hay que reconocer que como remate de la comida van muy bien
Muy buen lugar para comer.
La comida es de gran calidad y todo realizado con productos frescos. Tanto los platos de carnes como los de pescado y marisco destacan por su gran sabor
La atención de los camareros fue muy buena y el servicio bastante eficiente. Ponen atención en los detalles y eso se no
Un buen lugar, pero lo que eleva esta experiencia gastronómica a otro nivel son las vistas. Sentarse junto a la ventana, con el rumor del mar de fondo y el sol cayendo lentamente sobre el horizonte, es una experiencia que no tiene precio. Es como si cada plato estuviera acompañado por una vista pan
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