Graciela Rodríguez Hundscheid
+5
Servicio excelente, platos generosos y deliciosos.
A destacar el pulpo con sofrito, el puré de papas del roast beef y el pan de nueces que ofrecen.
Una lástima no haber podido probar el cochinillo.
Gran experiencia. Platos top. Cocina de alto nivel. Raciones abundantes. Experiencia para repetir.
(Casi) perfecto
La reserva era a las 9, hora de apertura. Me parece mal abrir justo a esa hora, teniendo a medio salón esperando en la calle desde 10 minutos antes.
Por lo demás genial. Los platos exquisitos, el sofrito de los buñuelos de bacalao una delicia, la igual que los ñoquis con salsa de trufa.
El servicio correcto.
Excelente restaurante. Servicio excepcional, comida de calidad. De los mejores lechales que he probado. 100% recomendable.
Tenía puestas demasiadas expectativas con respecto a años anteriores y algo me ha defraudado sobretodo la composición de la carta actual con sus componentes repetitivos.
Calidad-precio alto.
Atención muy profesional y amable.
No recomendables ir con niñ@s.
Difícil aparcamiento y fácil acceso sillas de ruedas.
El mejor restaurante de la isla sin lugar a dudas. Está todo de 10. Desde el restaurante tan acogedor, hasta el exquisito servicio y el broche de oro, su maravillosa comida. Las cantidades son generosas, los sabores son explosivos. Es la primera vez que termino de cenar y quiero volver a repetir todos y cada uno de los platos. No defrauda. Siempre es un placer volver
Hacía tiempo quería probarlo, no vivo en la isla ni en España, para mi que abran a las 21:00 es bastante traba, cuando faltaban unos minutos para las 9 ya estábamos todos esperando por fuera, me refiero las otras 5 o 6 mesas esperando. Mi sugerencia abrir antes.
El personal estaba a tope, uno se debía servir el vino. Todos empezamos a comer al mismo tiempo.
La comida exquisita, yo que soy vegetariana no tuve problemas con las opciones de espárragos cojonudos y los gñokis. Los postres buenísimos.
Fui llevada de la mano de mi amiga H que siempre va y pasamos un momento muy muy agradable.
Restaurante sofisticado con una cuidada decoración y un servicio atento. Carta pequeña y estacional con algunos platos fijos, raciones muy generosas y posibilidad de pedir medias en algunos platos. Riquísimos los buñuelos de bacalao y su sofrito, rica la ensaladilla rusa sin ser destacable. Muy rica la burrata. Espectaculares los espárragos. También muy rico el el roast beef. Discreto el steak tartar aunque riquísimas las patatas fritas. Muy bueno el magret de pato. Los postres no le hacen justicia, todo lo que probamos nos pareció flojo: "Todo chocolate" demasiado empalagoso, el requesón, sin más, y las natillas muy regulares. Vino por copas de Ribera y Rioja. Mención especial merece su mantequilla.
Restaurante con encanto, es la segunda vez que voy y todo lo que pruebo me encanta.
Ambos camareros muy atentos en todo momento, agradables y profesionales.
El servicio fue perfecto, trajeron juntas las dos media raciones de entrantes y los otros dos platos no se "pisaron" pero tampoco tuvimos que esperar para tenerlos en la mesa.
La comida como recordaba de la última vez: exquisita, cantidades muy generosas y sabores que no te dejan indiferente.
Todo buenísimo pero destaco las natillas, pensabamos en típico postre de siempre sin mucha gracia y para nada... una delicia, ya entiendo porqué es una de los platos estrella.
Nos encantó el restaurante, la comida deliciosa, el pan de escándalo. Pedimos ensaladilla, arroz y bacalao y nos encantaron todos los platos. El servicio de 10. La única pena que cenamos demasiado y no nos quedó sitio para el postre. Repetiremos sin duda
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