Hablo del restaurante para recomendarlo como uno de los sitios dónde mejor comer y beber de la zona. Cocina castellana clásica con el lechazo como emblema y algunos platos más evolucionados. Vinos de calidad de la propia bodega. Buena vajilla; estupendo servicio. Merece la pena vuelta.
Un restaurante situado en un pequeño y tranquilo pueblo frente a un antiguo monasterio. El restaurante forma parte de un amplio edificio que es, también, hotel. Adosado al restaurante hay una bodega donde se pueden catar y comprar vinos de la zona.
En el restaurante tienen un salón-comedor con una amplia carta y, también, una zona de cafetería y terraza con otra carta distinta de raciones y tapas. En esta carta hay una amplia variedad de raciones, tapas y tostas. Nosotros comimos de tapas en la cafetería y todas las que pedimos estaban muy sabrosas. Platos bien elaborados con productos de calidad y cercanía. Una cocina que combina la comida tradicional castellana con platos más innovadores. Recomiendo las tostas y la oreja rellena de bacon y queso, buenísima.
Tienen, además, una extensa variedad de vinos a precios muy razonables.
El trato del personal fue excelente, rápidos, atentos y muy amables.
Hay una explanada bastante grande frente al restaurante que sirve de aparcamiento.
Un restaurante muy recomendable con una excelente relación calidad-precio.
Pasábamos de cuenta de vacaciones y decidimos parar a ver si había sitio para comer algo. Un acierto total. A pesar de estar el restaurante lleno (Domingo) en lo que tomamos una caña en la barra nos prepararon una mesa. Tanto la atención como la comida sin fallo ninguno. La lubina fuera de carta riquísima. Para repetir y recomendar.
Josune Villate Martínez
+5
Hemos estado ya varias veces en celebraciones y siempre hemos comido exquisito. Todo el personal es agradable, profesional y eficiente.
No podéis iros sin probar el tataki de atún, ¡está de escándalo!
Me gusta el ambiente y la decoración que han escogido.
Estuvimos el lunes paso sentados en los taburetes en barra, hay que reconocer que son cómodos, y el espacio taburete con la barra es estupendo, unos pinchos buenos pero poca variedad, el servicio de los camareros fue penoso, en algunos momentos había 5, corriendo cómo gacelas delante del leon, no se trata de ir deprisa de una punta del mostrador al otro, sino ser eficientes, fijarse bien quien esta en barra, y quien acaba de llegar. Dos días después volvimos con reserva de mesa al restaurante, buena comida y el servicio estuvo bien, seguramente repetiremos.
José Luis San Martín Corral
+5
Todo excelente. Punto de parada obligatoria. Platos de alta calidad y contundencia. Pedimos:
Textura de Quesos en ensalada
Arroz cremoso con boletus
Cochinillo con una presentación diferente a lo que normalmente acostumbrados a recibir.
De postre dos sorbetes
También tienen un menú degustando
Y una tabla Tapas
Estuvimos en el restaurante. A pesar de estar hasta arriba de trabajo, trato impecable y amabilidad en todo momento por parte de los camareros. Calidad de la comida muy buena y mucha cantidad. Merece la pena.
Maria Caparros Rodriguez
+5
Muy buen hotel, habitaciones grandes y cómodas, todo está al detalle.
No te puedes ir sin la visita a la bodega y la cata de vinos, increíble.
Muy buen bar ya que te da la posibilidad de pedir productos de la carta del restaurante.
Buen spa 👌🏻
Una visita increíble, repetiremos
Solo conozco el restaurante, pero perfecto. Super amables.
La comida de 10.
Y detallazo en los postres con el número.
Muchísimas gracias.
SEGURO repetiremos
Solamente he estado en el bar y en el restaurante, pero varias veces. También en la terraza,pero más cuando hace buen tiempo.
La comida siempre está muy rica, algunas cosas muy elaboradas que sorprenden y otras más básicas pero igualmente buenas y hechas al detalle.
Recomiendo llamar para reservar antes de ir, sobre todo los fines de semana y los puentes.
Hay sitio para aparcar sin problema y gratis.
Entramos de casualidad, porque estaba en la ruta, todo estupendo, un servicio rápido y agradable y una comida muy buena y con un surtido muy amplio.
Una decoración preciosa, nos encantó, si vuelve a estar en nuestro camino volveremos.
Espléndido restaurante con una carta que tiene al cordero asado como plato estrella pero cualquiera de los platos que aparecen en ella son extraordinarios. Una carne espectacular, chuletones macerados, pescados fresquísimos en su punto, a destacar el cogote de merluza y bacalao o cocochas al pilpil. Pero no olvidar los entrantes que son dignos de los mejores lugares de la zona. Disponen de menús especiales tanto de degustación como específicos de la éloca del año. No olvidar la bodega, con una carta de vinos para satisfacer a cualquiera, tanto en tintos como en blancos. Por último, la carta de postres es la que tiene la mayor oferta que he visto en mi vida… muy difícil no encontrar algún postre que no apetezca después de una fantástica comida (ver fotos)…Merece la pena acercarse a este restaurante, al que solo falta añadir que también dispone de un hotel fantástico. Si la visita es cultural, a escasos 50 metros se encuentra el Monasterio de La Vid que merece una visita sin duda…
Jose Esteban Galdon Jimenez
+5
Solo paramos a comer al mediodía ya que íbamos de viaje y pasamos de paso, pero en lo que se refiere al restaurante, atención,comida y trato personal, solo puedo decir que lo recomiendo sin duda porque le doy 10 sobre 10. Todo muy bueno,gran variedad ,excelente calidad y un trato genial. Volveremos para quedarnos en el hotel ya que se ve espectacular.
Lo mejor la parte micológica. Para comer en el restaurante pedimos unos boletus rehogados con ajito que estaban espectaculares, y para cenar en la cafetería los huevos rotos con setas un 10.
El lechazo está bueno pero no es nada del otro mundo, por lo que en mi opinión un poco caro comparado con otros de la zona.
De postre probamos la tarta de queso y los pimientos rellenos.
Los pimientos estaban curiosos, la tarta de queso se puede mejorar bastante.
Las hamburguesas de la cafetería tenían muy buena pinta.
En resumen se come bastante bien, sobre todo las setas.
Los camareros un 10.
Situado junto al Monasterio de Santa Maria de La Vid (no dejar de visitar), La Casona de La Vid es un complejo compuesto de HOTEL, RESTAURANTE y BODEGA, situado junto al río Duero. El entorno es muy tranquilo y agradable. El hotel dispone de SPA, las habitaciones son muy originales, inspiradas en temas relacionados con el vino y el restaurante es muy amplio y dispone de varios ambientes, tanto para grupos pequeños como grandes. Preferiblemente realizar reserva. Buena relación calidad/precio, con un buen servicio y disfrutando del propio vino elaborado en la bodega de la propiedad. En resumen, un lugar para repetir. Volveremos.
Un restaurante espectacular para comer carne increíble. Los helados estupendos y el servicio de 10! Lo mejor de la zona!
Fuimos a comer y nos encantó el sitio, original, diferente y muy acogedor. Comimos de picoteo... También se puede comer a la carta, menú degustación y menú. Como estábamos en ruta y pilló de camino elegimos hamburguesas y picoteo, de seis personas nos gustó a todos, el trato, el servicio y la comida. Volveremos a probar el spa con menú degustación.
Un entorno espectacular, la comida es tan estupenda que no hay calificativos, ya comas asado,menu degustación,o a la carta no te defraudan, hemos ido bastantes veces al restaurante, no nos hemos alojado en el hotel, pero siempre que vallas por la zona comemos allí y vosotros la bodega me encantan sus caldos. Muy,muy recomendable.
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