Experiencia sorprendente y muuuuy recondable. El brunch, espectacular, superó nuestras expectativas con creces, productos de kilometro 0, y montonazo de cariño detrás. Yaritza y Rodri han hecho que tanto la visita como la cata sea amena, divertida y con un trato personalizado insuperable, mira que les hicimos preguntas, y a todas respondieron con una sonrisa, nos sentimos como en casa. Amenazamos con volver, jeje!
Nos enseñaron la bodega, explicándonos el proceso desde que llega la uva hasta su embotellado, y catamos unos vinos riquísimos: blanco seco, semi, rosado y un tinto sorprendente. Una velada estupenda con Rafael, Yariza y Santiago. Además, disfrutamos de unas vistas espectaculares. Totalmente recomendable una visita.
Destacar el trato que recibimos por parte de Santiago, un hombre excepcional que nos trató como si fuésemos de la familia. El sitio una maravilla, una degustación de los mejores vinos, con tomatitos cherry para acompañar, sin duda un lugar inolvidable con vistas maravillosas que sin duda volveremos en nuestra próxima visita.
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