El lugar es espectacular,tiene dos zonas,en la entrada al restaurante tienen mesas más informales para tomar algo de picoteo o platos combinados,y en el que había un fuego a tierra que lo tenían encendido y la verdad es que queríamos estar sentados cerca,para sentir el olor de leña quemada y el calorcito,ya cuando llegó la camarera nos explicó que esa zona era para platos combinados y de picar,y el comedor era para platos de carta. Al final nos decidimos por comer de la carta y entramos en el salón comedor que es espectacular,mucho espacio entre mesas,la decoración es maravillosa y con unos ventanales enormes para poder contemplar el paisaje. Nosotros fuimos un viernes,y pensando que podíamos pedir menú,precisamente ese día no tenían,éramos 4 personas y cada uno nos pedimos un plato,con una ensalada a compartir,pedimos bebida y nos trajeron una panera con 4 trozos de tortas de Aranda que nos cobraron 6€ por la panera,la camarera se quejaba de que había gente que decía que porque les cobrarán el pan,lo vi excesivo,y por lo menos que te digan si quieres pan,porque a todo el mundo no le gusta el pan,y si lo ponen que te digan que vale 6€,porque a lo mejor no hubiésemos pedido. Por ese aspecto,nos tiro un poco para atrás,pero he de decir que la comida estaba deliciosa,y muy sabrosa,se notaba la calidad de los ingredientes,hasta la ensalada estaba riquísima,y muy bien aliñada. Deciros que los postres son totalmente caseros,ya podéis pedir lo que queráis,que no os va a defraudar,si tenéis la posibilidad de pararos a comer sin pensar en el dinero,este es vuestro sitio. La verdad es que hay muchísimas opciones por la zona muchísimo más barato,nosotros nos dimos el placer ese día,ya que íbamos de Madrid a Burgos,pero con ese día tuvimos bastante.