Opiniones Cal Campàs Restaurant

Es el único restaurante que hay en Granera, si os animáis a ir, no hay pérdida. Pueblo pequeño, perdido en la montaña, pero con mucho encanto y muy bien cuidado. El restaurante muy limpio también con una terraza súper agradable y con unas vistas espectaculares. La carta no es muy extensa, sobre todo carne a la brasa y arroces, aún y así la comida es de calidad y a precios razonables. El.arroz con pato y trompetas de la muerte está buenisimo y las costillas de cerdo muy buenas. No hemos hecho postres porque con las entradas y los segundos hemos quedado más que satisfechos. Un punto negativo es que el servicio es algo lento, pero los chicos que nos han atendido han sido muy amables y atentos. Para los que tengáis perro, son aceptados en la terraza y traen un cuenco de agua para ellos. Hay parquing alli mismo con mucho espacio.

Para ir es necesario hacer reservar o es posible que no haya sitio. La comida es excelente, lástima que haya cosas que si vas en Domingo ya estén agotadas, esto nos hará volver a repetir la visita y reservar lo que queremos comer previamente. La tabla de embutidos es buena, pero puede defraudar un poco, ya que se echan cosas a faltar en ella. El arroz negro está buenísimo, y el chuletón, que te lo puedes hacer tú nuevo al gusto ya que te lo dan marcado y cortado junto con un piedra para cocinarlo, también muy bueno. La tarta de queso normal y la de Nutella, excelentes. Y los chupitos para finalizar, estupendos también.

Comida excelente. Vistas preciosas. Muy amables y serviciales. Un lugar para no olvidar.

Ambiente familiar, buenas vistas, cocina muy correcta, personal muy atento aunque el servicio es mejorable. Con un poquito más sería una referencia en la zona.Calidad precio muy equilibrado. Para repetir .

Restaurante ubicado en Granera, con unas vistas espectaculares. Restaurante especializado en carne a la brasa y arroces. La carta no es demasiado amplia, pero más que suficiente para comer súper bien. Producto de calidad y de proximidad. El servicio es bueno y el personal muy agradable. Los postres son de escándalo. La verdad que encontramos este restaurante un poco de casualidad y ha sido un gran descubrimiento. Volveremos seguro!

Me veo obligado a escribir esta reseña puesto que tan solo escribo cuando me siento realmente estafado, y no me prece justo que Cal Campàs no reciba los elogios que le tocan y que tiene bien merecidos. Restaurante sin pretensiones ni fantasmadas, en un buen enclave y con interés en cuidar al cliente. Estuvimos allí hace unas semanas, aún hacia frio, pero a pesar de eso nos vimos obligados a reservar en la terraza puesto que ibamos con un perro pequeño. Todo un acierto, con las estufas de gas que colocaron alrededor, estuvimos genial, ademas disfrutando de un sol y unas vistas magnificas. Mesa redonda, amplia y perfecta para los que eramos aquel dia. Cada uno de sus platos, te gusten mas o menos, están hechos con cariño, y la materia prima es de calidad. La carne fantastica. Hay quien se queja del precio, pero amigos mios los chuletones de 1kg nunca han sido baratos y nadie los regala. Lo que es inaceptable es que alguien te cobre lo mismo y te de basura incomible, de hecho es lo normal diria yo, restaurantes que estafan a ignorantes gastronomicos: a porrillo!!! El servicio genial, muy atentos, muy profesionales, no tuvimos que remarcar ni exigir o repetir nada, estuvieron super pendientes de todo en todo momento, a pesar de que el restaurante estava totalmente lleno. Valoración global: comida, servicio, lugar, etc… fantastico. El precio correcto a lo que comes, bebes y al servicio que recibes. Nada es caro si Cumple o sobrepasa las expectativas. Caro es lo mediocre y lo fraudulento, da igual que la cuenta ascienda a 20 o a 200€. Enhorabona nois!! No cambieu, seguiu oferint aquest magnific servei y atenció. Hi tornarem.

Fantástico, es la tercera vez que voy y siempre salgo satisfecho, las croquetas espectaculares, el chuletón increíble y la tarta de queso exquisita. No esperéis una carta de 40 platos pero, lo que hay es de calidad y la carta de vinos y cavas interesante. Repito seguro.

Ubicado en un entorno de belleza singular. Paz y tranquilidad inspira el paisaje que se observa desde su emplazamiento. El tracto cordial y educado. Servicio correcto de gente joven y amable. La comida muy rica. En una escala del 1 al 10 puntuaria con un 8,9. Las cocciones correctas, las raciones también y el producto de calidad. A destacar el arroz de pato y setas. En postres los pasteles de queso y de queso y Nutella, eran sublimes. Para comer hasta morir. Lugar al que volver. Por cierto.. la decoración muy bonita.