Mi favorito de Gijón. Está todo buenísimo siempre. Obligatorio pedir croquetas (cada día son diferentes) y probar su versión brutal de las bravas 🔥.
En general vaya, está todo bueno. Precio súper asequible y ambiente siempre agradable, trato correcto y ambiente relajado. Es un sitio al que venir a disfrutar.
Aparte de esto, algo que es reseñable para mi es el hecho de que Ari, la dueña, está en todo siempre. Ella cocina y sale a la sala también, tiene una camarera normalmente, pero es capaz de llevarlo ella sola sin comprometer la calidad de su comida. La hostelería es muy dura, y por eso creo que merece ser aplaudida.
Muy recomendable seas vegano o no.
En este sitio todo es fresco y casero, cosa que pudimos comprobar en cada uno de los platos que probamos.
Pedimos las croquetas de la casa de pimiento y queso, el cachopo y de postre tarta de la abuela y torrijas con helado de cacahuete (ver fotos).
En este lugar reina el buen ambiente, la chica que nos atendió fue muy agradable y nos dimos cuenta que hasta la vajilla es hecha a mano.
Por último, pero no menos importante, en este sitio los perros son bienvenidos (no como en otros) y son tratados con respeto 🐶
Increíble! Vinimos directamente a probarlo!
Nos flipó la sonrisa con la que te atiende la encargada, nos atendió de maravilla y nos dimos cuenta de que atendía, servía y cocinaba todo ella. Increíble pero cierto!
El café me recordó tanto al que me tomo todas las mañanas xque no es de máquina. Las hamburguesas, las patatas, el queso, las salsas, TODO es CASERO!
De verdad, una experiencia mágica.
Casi lloro al probar el picante y la salsa de queso!
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