Es realmente increíble ver cómo, cuando haces las cosas bien, te puedes dedicar a lo que quieras porque vas a triunfar.
Es el caso de este negocio que, realmente es una fábrica de sidra, pero que ha sabido fusionar a la perfección su actividad principal con la restauración.
Íbamos más que recomendamos a este lugar por diferentes amigos y conocidos locales, para degustar una rica fabada.
Te ha pasado alguna vez que preguntes a alguien por un sitio que te han recomendado y en cuando dices el nombre, asienten con la cabeza casi sin terminar? Pues éste ha sido en caso.
Fabada exquisita, ensalada de bonito en escabeche (claramente casero) con muchas cosas que no recuerdo y helado de tomate...
Y una tarta de queso más que digna como fin de fiesta. Todo ello regado con su propia sidra escanciada en el momento por un profesional que se dedica prácticamente solo a eso... Impresionante.
Sin duda alguna el secreto de su éxito es la unión de varios aspectos. Por un lado la altísima calidad de su género y por otra la unión de la tradición con la modernidad.
Local moderno pero perfectamente acogedor, personal exquisito, cercano y altamente profesional (algo no muy común últimamente) y una cocina magníficamente gestionada y equilibrada, hacen para mí de este lugar, un verdadero 5 estrellas.
Reserva y no dejes de ir, de verdad merece la pena cada céntimo que se paga y sinceramente no es mucho.
Comida muy rica. Tortos muy sabrosos. Fabada exquisita. Carne en su punto. Raciones calidad - precio adecuadas. Trato estupendo. Volveremos si Dios quiere.
Hemos disfrutado de una comida perfecta. Bien aconsejados por Aitana en cuanto a cantidades, porque tenía que quedar sitio para el postre. Fabada para 2, frixuelo para compartir. Tarta de queso y milhojas de arroz con leche. Volveremos!!
Estuvimos el fin de semana, en grupo, adultos y niños. Visitamos el llagar, acompañados de un hombre que se notaba que sabia de que hablaba.
A continuacion comimos en el comedor y nos parecio que todo estaba riquisimo. El personal, profesional, atento y amable.
Un lugar increíble en el que degustar platos de calidad. Realizamos la visita a la sidrería y después nos quedamos a comer aquí, y fue todo un acierto. Nos dejamos recomendar y pedimos una ventresca de bonito para compartir que nos dejó a todos boquiabiertos. Después probamos el chuletón de vaca vieja, el cachopo y el bonito en rollo, todo sublime. ¡Dejad hueco para los postres, por que son todos increíbles!
Primera parada gastronómica en nuestra escapada de verano, y elegimos este restaurante de camino a Villaviciosa.
Cuenta con parking anexo a la tienda que Casa Trabanco tiene a pocos metros del local, y desde ahí hay un paseíto de 3’ subiendo un buen tramo de escaleras. No estuvimos dentro, al ir con perrito, pero cuentan con dos zonas de terraza, una cerrada y otra cubierta con sombrillas.
Carta bastante amplia, en la que predominan los productos asturianos, carne y algún pescado, con fueras de carta entre los que destacaba una impresionante ventresca de bonito.
Nosotros nos decantamos por los frixuelos rellenos de gambas y salsa de cigalitas, unos tortos y el plato de la abuela, compuesto por huevos, patatas y chorizo. Nos dejamos aconsejar en cuanto a las cantidades, porque son raciones hermosas, y la verdad es que acertaron muy bien con las medidas. Todo muy rico, destacando el frixuelo, que estaba fantástico. El maíz de los tortos muy crujiente y nada graso, con “toppings” muy sabrosos, sobre todo el de queso y compota de manzana. El plato de la abuela, contundente.
El postre que compartimos nos decepcionó un poco, porque pintaba inolvidable y fue normalito. En el milhojas de arroz con leche, el hojaldre demasiado grueso, y la crema de arroz con leche con un regusto demasiado fuerte a quemado. Mejorable.
La sidra, bebida imprescindible en Asturias, fue un Espumoso Lagar de Camín, y al no ser de las que se escancia nos dio más flexibilidad para disfrutarla sin prisas, ya que, como todo el mundo sabe, lo que se escancia se bebe.
El servicio muy amable y atento, aunque un pelín inexperto. Nos pusieron de entrante un pastel de pescado y anchoa muy rico, y tuvieron el detalle de invitar al café, que se agradece.
Resumiendo, Casa Trabanco es un restaurante con un ambiente fenomenal, petfriendly, con una gran terraza para disfrutar del buen tiempo, del que podrás llevarte un buen cargamento de su sidra propia y en el que por 25€ por cabeza sales muy bien comido y bebido.
Fuimos a comprar sidra al este lugar y lo vimos tan acogedor que decidimos quedarnos a cenar.
Esta muy retirado de Gijón, por una carreterilla algo liosa para la vuelta, pero que cachopos! (algo más pequeños de lo esperado) que calidad!
El de queso de cabra con cecina era increíble.
El camarero siempre echándote sidra y la sangría también buena.
Los mejillones también muy buenos... Repetiré si vuelvo a Gijón!
Restaurante de la casa Trabanco, una de las sidras más populares de Asturias 🇪🇸.
El restaurante está ubicado muy cerca de Gijón, en un entorno rural espectacular rodeado de verdes prados. El restaurante cuenta con unas vistas inmejorables 🏞️.
Si vienes a comer aquí la sidra no puede faltar, lógicamente. Cocina tradicional, platos con materia prima de primera calidad para que todo esté esquisto. Platos del mar y de la montaña.
Sin duda volvería a pedir el chuletón. Plato 100% recomendado para compartir con amigos... O para tí solo 😋
No te vayas sin probar los postres... Son caseros y merecen la pena. La tarta de queso está hecha con queso asturiano 🧀 y con cada bocado parece que estés comiendo queso en lugar de tarta. La de chocolate es muy suave y está deliciosa 🍫
Segunda vez que voy,además de carta tienen muchas cosas fuera de ella que te dicen..la fabada,el rollo de bonito y la milhoja de hojaldre Muy rico..lo demás estaba bueno también,cecina 👍 y lo que me sorprende cada vez que voy es el pastel de compango de fabada..a mi me encanta.volvere siempre que pueda.
Que decir de Trabanco…..para mi es una referencia en Gijón, un sitio de toda la vida pero modernizado, convirtiéndolo en un restaurante y una terraza súper acogedoras.
El servicio es top, camareros siempre súper atentos y cercanos que te tratan como si estuvieras en tu casa, y la comida es casera y de gran calidad. Ninguno de sus platos te va a decepcionar.
Especialmente ricos y recomendables son sus chuletones, sus ensaladas, los tacos de bacalao y el rollo de bonito (en temporada), que junto con su buena sidra, hacen que salgas siempre satisfecho.
Recomendable reservar con varios días de antelación si pretendes ir de fin de semana, porque casi siempre está lleno.
¡Muy recomendable!
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