Un muy buen restaurante donde la gastronomía asturiana es marca de la casa, lo primero a resaltar son sus camareros cocineros y partillero, unos autenticos profesionales, amables y atentos, se agradece mucho la atencion recibida, los platos son abundantes y riquisimos, a destacar, la fabada que estaba de 10, la sopa de marisco una autentica locura de sabor, las carnes super jugosas gracias a su parrilla, los postres sin caseros, ideal para ir con familiares y amigos gracias a que el ambiente del restaurante es super familiar… en definitiva, un lugar de obligada asistencia si pasas por gijon…
Las costillas a la brasa espectaculares, el resto de la comida muy rica y todo de buena calidad. Algunas raciones poco abundantes. El servicio normal. Lo que no me ha gustado de este sitio es que a pesar de que estábamos con ola de calor, cuando fui y de que tenían aire acondicionado, lo tenían apagado y no es nada agradable comer pasando calor sobre todo cuando tiene solución digo yo que si tienen aire acondicionado será para encenderlo no para tenerlo apagado en los días de más calor del año. Este hecho simplemente el suficiente para que al menos yo en verano no vuelva.
Los calares buenísimos y el chuletón también muy bueno, los pimientos del padrón no había quien los tomase del picante.
A excepción de los pimientos del padrón todo muy rico y muy buen trato.
Relación calidad precio buena.
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