Un buen restaurante español como dios manda. Servicio y ambiente excelente, comida deliciosa y en muy buenas cantidades. Genial para una comida familiar cualquiera fin de semana.
Espero volver pronto!
Atención: reservar con antelación para tomar lechazo (que está delicioso)
esther Nogueras Bascuñana
+4
El sitio es una cueva muy grande, con diferentes pasillos que hacen de salones. Tiene un montón de cachivaches, se come súper bien, los camareros son muy majos. Hay que reservar con antelación
Fuimos recomendados por un familiar, ya que nos cogía de paso viajando a Galicia.
Pedimos el menú con sopa castellana y chuletillas de lechazo.
No deja indiferente a nadie, por la comida y también por cómo es el local.
El servicio fue muy bueno!!!
Sopa y chuletillas exquisitas!!!!
Lugar emblemático en valladolid, buena relación calidad precio, dependiendo del vino que pidas. A destacar boletus, chuletillas y tortilla.
Lo único, no me gusto q se llevarán jarra de vino clarete ( la que ponen normalmente) cuando hemos pedido un vino a mayores...por lo demás, perfecto
Ángel Luis Doncel Barthe
+5
Excelente comida asì como el servicio. Muh recomendable.
Son unas antiguas bodegas que se reconvirtieron en bodega / restaurante.
Bodega gastronómica subterránea con encanto en Fuensaldaña. Decoración clásica y típica castellana con el lechazo asado como plato estrella (*****).
Cómo entrantes pedimos alcachofas (****), boletus (***) espárragos de Tudela de Duero (Valladolid) (****) y un revuelto de guisantes (***).
Café de puchero y postres (pequeños helados y milhojas) para acompañar, cortesía de la casa.
Un lugar para disfrutar sin prisa de la decoración, la comida y la compañía.
Queriamos visitara una Bodega subterránea.... Y nos gustó la experiencia. Q pena que no tenía lechazo por la noche. Si las chuletillas...
Buen menú por 22€, consiste en sopa castellana y chuletillas de cordero, postre y vino de la casa incluidos.
La sopa estaba buenísima, las chuletillas en su punto y el clarete de la casa, la compañía perfecta.
El restaurante es una cueva que te sorprende cuando entras a sus amplios y decorados salones. Aunque en nuestro caso nos tocó un pequeño salón que compartimos con una familia con tres críos que no pararon de gritar y estropeó un poco la experiencia.
El servicio es rápido y eficiente.
La morcilla espectacular
La media de queso y jamón muy bien, el jamón de 10
La tortilla de patata buenísima y, las setas también.
El chuletón bien, pero no destacable
La tarta de queso muy buena
La atención genial y el sitio lo mismo
El café de puchero muy bien también.
La comida riquísima, el trato perfecto y el precio muy bien. Es verdad que tomamos el rosado de la casa, estaba riquísimo y no nos faltó en ningún momento, las jarras siempre estaban llenas. Muy buena calidad.
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