Es un enorme placer volver a disfrutar de los helados Verdú de toda la vida. Son helados artesanales y exquisitos, de los que llevábamos mi familia y yo disfrutando en la carretera, y después en la esquina de la calle España de Fuengirola toda la vida, hasta que cerraron y nos enteramos posteriormente de la existencia de la heladería Verdú en Los Boliches. No tiene competencia, por lo que no somos ni una ni dos ni tres las personas veraneantes en Fuengirola que andamos varios kilómetros para conseguirlos, en especial, el de nata bombón que es único. Es una pena que cerraran en Fuengirola teniendo en cuenta el éxito y la fiel clientela que tienen, y nos gustaría que volvieran. Cabe mencionar también que Ana, y en general, las camareras que llevamos viendo toda la vida son muy entregadas y amables, no defraudan nunca a pesar del desbordamiento al que se enfrentan noche tras noche. En definitiva, una heladería sin igual en toda España que nos gustaría volver a disfrutar en Fuengirola.
La mejor trufa que he probado y eso que he probado muchas...siempre voy a Verdú, no voy por la atención ni mucho menos, pero por la trufa merece la pena ir.
Esperanza Valle Contreras “Ev.”
+5
Helados de muy buen sabor, de los mejores que hemos probado. Elegimos para nuestras tarrinas los de Oreo con Philadelphia, vainilla y cookies, tarta de queso, y mango.
La señora que nos atendió nos dijo que llevaba allí 30 años, un placer saber que elegimos una heladería de toda la vida.
La mujer fue no solo amable si no además cariñosa, se tomó su tiempo para darnos un trato personalizado y darnos a probar helados y echarse unas risas con nosotros.
Salimos de allí encantados porque es difícil ver gente que trabaja con agrado.
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