Local singular en El Vendrell, donde puedes merendar/desayunar cualquier tipo de bollería y opciones saladas. La situación del local es detrás de la plaza principal del pueblo, en una calle poco concurrida y tranquila, dispone de terraza y servicio a mesa. El producto es soberbio y ese resultado no es baladí. Cesc y su equipo disponen de un obrador, ahí trabajan desde temprano a la mañana hasta altas horas de la noche para ofrecer lo mejor de la zona y el resultado es claro, cualquier opción que ellos elaboren resulta un acierto. En la pastelería se elaboran todo tipo de productos, desde un croissant hasta un panetone (hasta ahora el mejor que he probado con diferencia, el de frutas es sencillamente una locura) pasando por una selección de pasteles y tartas hasta unos carquinyolis típicos de la zona. Todo esto se acompaña de una selección de bebidas y tés variada y una atención que pocos locales de alrededor pueden ofrecer. Sin duda es la opción ideal para pasar una tarde con un buen café y una bollería de autor, que no te saquea la cartera a a golpe de 3.50€ el croissant y que ofrece una experiencia mucho más acogedora y amable que otros locales de la zona.

Excelente trato, el café buenísimo y sus tartas son de aúpa. Calidad y servicio, excelente. Además de su terraza ubicada en la que para mí es una de las plazas con más encanto del Vendrell, Plaça de les Garrofes, su local interior tiene un encanto especial. Inmejorable.