Sitio elegante, que cuida hasta el mínimo detalle. La calidad de la comida y vinos son excelentes y el servicio está a la altura. La sala es preciosa pero el patio es mágico. Recomendado 100% . Ninguna pega. El tocino de cielo casero: celestial. Y no soy de postres.
Comimos en la terraza dado que el aforo interior del local, estaba completo, y fue todo un acierto. Pese a ser agosto, la temperatura fue de lo más agradable.
La comida, muy buena. Perfecta en cantidad, y acorde a calidad (muy buena) - precio.
El local tiene un diseño cuidado y original y junto a la terraza, estaban muy limpios e invitaban a pasar una buena sobremesa con un ambiente selecto y tranquilo.
Además del servicio lento entre platos y a la hora de tomar la bebida (unos 20 minutos), la parte negativa es que No disponen de ninguna opción para niños.
Un sitio magnífico para tomarse unas tapas (lo que hicimos esta vez) o para ponerse serio con sus carnes y pescados (eso hicimos hace algunos años).
Excelente servicio y un “marco incomparable”. Hay que probar los vinos de la zona. Si encima te los explica un amigo del lugar, lo mejor.
Cuando tengan cerveza sin alcohol “sin tostar” será su quinta estrella.
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