Hemos pasado unos días en la zona y hemos comido aquí varias veces. Los empleados muy agradables y profesionales, desde camareros hasta jefes. Los menús del día variados y caseros con platos de la gastronomía local. Buena opción también comer de tapeo, variedad y buen precio. Un plus añadido y que los que viajamos con nuestros perretes agradecemos mucho es que en el comedor de abajo te permiten estar con tu perro. Les ponen mantita y agua. Todo un detalle. Sin duda repetiremos.

Paramos a cenar ya que es el sitio que, del pueblo, es el que mejor puntuación tenía. No reservan ya que van escasos de personal y sólo sirven en la terraza, pero encontramos sitio. La carta es variada y los precios razonables. Nos encantaron las tostas de pulpo con queso tetilla, la de boletus con cebolla caramelizada y chicho. Buena cantidad de ingredientes y calidad del producto. Lo único que en la cuenta tuvimos que rectificar por un lado, 4 raciones de pan que nos cobraban y no sirvieron (1€ por ración) y la bebida. Pedimos tercios y una copa y en la cuenta aparecía un poco de todo con precios diferentes. Pese a eso, como nos gustó, decidimos ir a desayunar al día siguiente. Por la zona no hay mucha opción que abra temprano y la carta es variada. En general bien el desayuno, la tortilla de patata casera espectacular, tienen pinchos, tostadas... Lo único que la de aguacate, queso y pavo bastante pobre para el precio (5€ y café a parte). Aguacate muy escaso, ya viene untado como de base, una loncha de queso y dos/tres super finitas de pavo. Las tostadas de mantequilla, dos trozos de pan, bien precio. El café está bueno. Pese a las cositas que consideramos que se podrían mejorar, le puntuamos con 5 porque es un local familiar, que ofrece bastante alternativa, todo casero y estuvimos muy a gusto.