Fui en Semana Santa se este año a este restaurante y lo amé.
El lugar es precioso y tiene unas vistas muy bonitas.
La comida es espectacular y el trato, tanto de su dueña como del resto del equipo, fue muy bueno.
De verdad que este restaurante es toda una joya de este lado de la Isla.
Recomiendo hacer reserva con antelación ya que como abren pocos días a la semana y es tan bueno, suele estar lleno.
Me lo recomendó una amiga y fue todo un acierto.
El trato inmejorable, siempre atentas, a tiempo y con una preciosa sonrisa.
La comida sorprendente y buenísima.
Pedimos ensalada de sandía y queso de cabra, atún y un pastel de carne marroquí.
Todo exquisito aunque lo que me acabo de robar el corazón fue el postre. Helado casero de almendras con daditos de mazapán y yogur, un escándalo.
Solo abren viernes y domingos, por lo que no perdáis la oportunidad se reservar e ir.
Todo nos salido por 59€, con dos aguas y copa de vino incluidas.
Llamé el domingo por la mañana para reservar, y no tuve ningún problema para que me tomasen nota para comer el mismo domingo.
Nos encantó el tartar de atún y el entrecot con mojo de dátil. 2 primeros, 2 segundos y 2 bebidas por 60€ (30€/pax)
Las vistas son espectaculares. Recomendable.
![5]( "Recensione")
Una maravillosa comida de domingo en la preciosa terraza del Restaurante Azul, que debería ser obligatorio para toda persona que pase por la zona.
Es cierto que no es sencillo llegar, ya que no está a pie de carretera, pero el entorno y la tranquilidad que se respira, en plena naturaleza, bien merece el camino, que está bien indicado de camino al Roque de los Muchachos.
El equipo del Restaurante Azul fue muy agradable con nosotros, haciendo de la comida una gran experiencia, recomendándonos en todo momento según nuestras preguntas.
Optamos por dos entrantes para compartir, queso de cabra y tartar de atún, exquisitos. Como plato principal apostamos por el solomillo, tanto a la pimienta, como con Chutney de dátiles, absolutamente espectacular este último.
De postre no nos quisimos ir sin probar la Pavlova de castañas.
Todo ello salió por 25€, aproximadamente, por persona. Una relación calidad-precio inmejorable.
Hay que tener en cuenta que sólo abren al público los viernes y los domingos.
Por poner una nota negativa, que realmente no lo es. Destacaría el poco espacio de aparcamiento del que disponen, aunque para nosotros realmente no fue un problema, pero es algo a tener en cuenta.
Volveremos sin duda en nuestra próxima visita a la isla de La Palma.
Esta apartado de todo, en medio de la nada. Es bueno ir a pasar el día por el norte y aprovechar para comer ahí. La comida está riaca, no tiene una carta muy extensa pero hay cosas ingeniosas. La decoración es retro, vintage, lo que se lleva ahora. Las vistas desde la terraza son muy bonitas.
Muy correcto. Un sitio al que ir si estás por la zona. Al reservar intenta pedir mesa junto a la ventana, son los mejores sitios. Coste medio 30€
ESPECTACULAR. Tanto las vistas como la comida. Recomendable 300%, tanto para comer como cenar, pero eso sí, reservad si es temporada alta. Calidad precio estupenda, en la península pagarías el doble. Las camareras muy amables, los postres riquísimos y el vino blanco afrutado genial si te gusta que sea dulcecillo. Si vuelvo a La Palma, vuelvo a este sitio. Aprovechad e id a comer un sábado y luego al mercadillo de Puntagorda.
Un lugar de ensueño. Está todo buenísimo,atención inmejorable y lugar precioso.
Pese a que el lugar está muy alejado de cualquier núcleo urbano, la visita mereció la pena. Platos súper elaborados. Combinaciónes de sabores y texturas muy acertadas y sorprendentes. Especialmente recomendables la ensalada de sandía y queso de cabra y el helado con mazapán. Precio correcto. Trato inmejorable. Si volvemos a estar por la zona volveremos seguro.
La comida exquisita y el servicio muy bueno. Un lugar ideal para ir en pareja. El único problema es lo apartado que esta y la de curvas que hay por el camino, pero aún así merece la pena. No te lo pierdas.
Lugar paradisíaco, estupendo atendimiento y gran calidad de los productos
Alejandro Santos López
+5
Estupendo lugar para ver unas atardeceres y disfrutar de una comida exquisita, sabrosa y con estilo. El restaurante es muy bonito, y muy acogedor. Hay que reservar con mucha antelación, ya que solo abren dos dias a la semana, viernes y domingo.
Lo único que cambiaría yo sería la música, ya que nos toco una música de fondo rollo reggaetonera, y como que no pega mucho para un lugar así con esas vistas y el lugar donde se encuentra.
El cocinero es prácticamente un superhéroe, simplemente una cocina española brillante. Lo mejor es dejar a los niños molestos en casa, porque el restaurante no es tan grande como para saltar sillas y mesas aquí. Es mejor reservar, el restaurante es tan popular por una buena razón :)
Abrir un restaurante en un lugar alejado, casi perdido en Garafia, en El Castillo, es una osadía. Pero también se demuestra que se puede cuando se sabe lo que se quiere. Es necesario y conveniente reservar. Merece la pena, aunque sea una vez en la vida.
Hemos disfrutado muchísimo de la comida y del entorno. Los platos son originales , deliciosos y frescos. El restaurante es precioso, las vistas de la Palma desde la terraza una maravilla.
Un sitio con unas vistas increíbles y la comida muy buena. Una carta corta pero con muchas sugerencias del día que ayudan a elegir otras opciones. Lo peor la carretera para llegar pero nada nuevo en la isla.
Ubicado en un lugar privilegiado. Llegas por bosques de pinos a un pueblo pequeñito, donde la casa azul destaca entre las demás. Con vistas extraordinarias desde la terraza y una decoración agradable y cálida. Pero lo mejor es la calidad de la comida, platos sabrosos que te hacen disfrutar y saborear la vida. Solo funciona por reservacion y los fines de semana. Si pueden visitenlo
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