Se trata de una segunda casa para nosotros dado que llevamos yendo toda la familia desde hace más de 40 años. Empecé a ir desde muy pequeña, porque veraneábamos en Dénia e íbamos todos los veranos. Se convirtió en un cita familiar que ninguno nos podíamos perder: “la cena en el indo es tradición”, y continúa siéndolo a día de hoy, 40 años más tarde, con sobrinos y nietos incorporados a la cita. El menú Rijsttaffel es completo y delicioso, desde el primer plato hasta el último: los pinchos con crema de cacahuete casera, las salsas más o menos picantes mezcladas con ese arroz siempre en su punto, el plátano horneado… cada vez que voy caigo rendida a estos sabores, y me parece increíble que 40 años más tarde siga conservando todo el sabor y el encanto que me cautivó desde el primer día. Y es que los dueños, Pepa y Pere, han mantenido esa esencia después de tantos años, con mucho amor y dedicación, habiendo recogido el testigo de los holandeses que abrieron el lugar. A destacar aquí que la comida no es holandesa, es únicamente el nombre del restaurante en honor a sus fundadores. La palabra Rijsttaffel proviene del holandés, y es una comida de origen indonesio. El conjunto de platos es muy popular en las colonias holandesas y es una adaptación de la cena en la cocina indonesa, y popular en Holanda. Mi novio y yo venimos siempre que tenemos ocasión, ya que vivimos fuera, y ya sea en primavera, en verano o en otoño, el lugar es maravilloso: salón acogedor con chimenea (y mucha historia en sus paredes y estantes) en los meses de frío, y precioso patio ajardinado en los meses de calor. Gracias Pere y Pepa por tantas noches de disfrute, ¡y las que quedan!

Lo conocemos desde 22 años. Nunca hemos comido pero llevamos dos años pidiendo paellas y están muy ricas Recomendable