Muy buena comida, buen ambiente y excelente servicio. Todo lo que probamos estaba exquisito. Precio muy competente, repetiremos seguro!
Hoy descubrí un auténtico tesoro culinario en la ciudad: un encantador restaurante francés que abrió sus puertas hace apenas seis meses. Desde el momento en que entramos, quedamos cautivados por la atención excepcional que recibimos. La dueña nos dio la bienvenida con una sonrisa y nos sorprendió con una deliciosa crema de langostino, la cual dejó nuestros paladares maravillados desde el primer bocado.
Decidí acompañar mi experiencia con un tinto de verano, y aunque parezca un detalle trivial, debo decir que superó todas mis expectativas. El sabor era simplemente extraordinario, una combinación refrescante y equilibrada que se ganó mi corazón.
Los entrantes continuaron elevando la calidad de la velada. Los mejillones gratinados, con su perfecta mezcla de sabores y suculenta textura, fueron una auténtica delicia para el paladar. Además, el pollo al cuery, con su exquisita combinación de especias, nos transportó a un viaje culinario a tierras lejanas. No puedo dejar de mencionar la ensalada de queso de cabra, que nos cautivó con su frescura y los sabores sutiles pero sorprendentes que se desplegaban en cada bocado.
Como platos principales, tuvimos la oportunidad de probar el Magreb de pato y el cerdo. Ambos platos estaban llenos de sabor y presentaban una técnica culinaria impecable. El Magreb de pato fue una experiencia única, con una combinación de especias que realzaban el sabor de la carne, creando una explosión de sabores en cada mordisco. El cerdo, por su parte, fue cocinado a la perfección, logrando una textura jugosa y un sabor que deleitaba los sentidos.
El restaurante, aunque no ostenta una decoración lujosa, tiene un encanto especial y una calidez que te hace sentir como en casa. Pero lo que realmente destaca aquí es la calidad de la comida. Cada plato fue preparado con maestría y presentado de manera impecable. Es evidente que el equipo de cocina se esfuerza por ofrecer una experiencia gastronómica de primer nivel.
Además, quiero destacar el hecho de que la dueña domina perfectamente tres idiomas: español, inglés y francés. Esto facilita la comunicación y muestra un gran compromiso para brindar un excelente servicio a los comensales de diferentes nacionalidades.
En resumen, mi primera visita a este restaurante francés fue un verdadero placer para los sentidos. La atención excepcional, la comida exquisita y el ambiente acogedor se combinan para crear una experiencia culinaria memorable. Si buscas una comida de primera sin pretensiones, no puedo recomendar este lugar lo suficiente. Por todas estas razones, le otorgo 5 estrellas
El servicio es muy correcto y agradable, la presentación de los platos es muy buena y la comida riquísima. El ambiente es relajado y acogedor. Tienen mesas altas en la que puedes comer algo rápido y mesas bajas, tanto en salón como en terraza, para una comida más tranquila. La cerveza de barril muy bien tirada.
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