Lugar diferente tanto en su espacio como en su gastronomía, muy original. Casona preciosa. Sobre la comida nada que decir, todo lo que comimos estuvo delicioso, productos de la tierra, el servicio genial, atentos sin agobiar. Le pondría una única pega, comer en mesas bajas (también las hay altas) es poco confortable para mi gusto, cierto que el toque vintage que le da es especial, no se puede tener todo. Repetiré y lo recomendaré 👍
Un lugar con encanto ,comida exquisita,original y explosión de sabores.El trato del personal inmejorable (Sonia y Mai),te hacen sentir que el tiempo se para al son de una preciosa melodía de fondo. El chef Íñigo sorprende con los productos típicos de la tierra, innovando con un concepto diferente. Ideal para los amantes de lo natural y ecológico.No se puede marchar sin probar la crema de mascarpone con helado de violeta .Volveremos seguro.
Cenamos en doña Lola y nos sorprendió muy positivamente. El personal fue muy atento y amable, destacando especialmente el jefe de cocina que salió a hablar con nosotros y la camarera que en todo momento estuvo pendiente de cómo iba la cena. Nos gustó mucho la carta con platos variados y ricos: tomamos salmorejo, ensalada verdimiel y los tacos de rabo de toro. Volveremos para tomarnos una copa en el precioso patio interior del restaurante
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