Fui a comer de menú al mediodía y excelente en cuanto a calidad precio. El menú consistía en 4 entrantes y un plato principal a elegir. Los entrantes fueron humus, ensalada de quinoa, croqueta de rabo de toro y buñuelos de bacalao. La presentación de los 4 muy conseguida, además todos ellos estaban muy buenos. Mención especial a la croqueta de rabo de toro, servida de una manera muy original y digna de un restaurante de alta cocina. En cuanto a los principales pedimos causa limeña, la cual estaba muy rica, aunque quizás un plato excesivamente grande y que creo que hubiera sido mejor servir menos cantidad y como entrante. Por otro lado, el arroz estaba un poco fuerte de sabor pero a pesar de ello bastante bueno. Por último los postres, fresas con chocolate blanco y brownie casero con helado de vainilla, ambos muy buenos platos para rematar el menú. Volveré para probar las costillas a baja temperatura de las cuales me han hablado genial. Resaltar por último el buen hacer de la camarera, muy atenta
Innovación al servicio del buen paladar.
Croquetas en vaso, para comer a cucharadas.
Y mucho más, buena cocina y curiosa y acertada presentación.
Vale la pena alejarse de la zona centro para degustar el buen trabajo de cocina.
Fuimos en fiestas de Magdalena y no pudimos salir más contentos. Cocina moderna pero además riquísima, los arroces buenísimos. Además es un sitio muy tranquilo, ideal para una comida tanto en familia como con amigos. Con muchas ganas de repetir una noche y probar las cenas.
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