Es un museo situado por debajo del nivel del mal para representar los restos arqueológicos que podemos encontrar bajo sus aguas. Podremos ver desde un tesoro de miles de monedas, hasta estructuras de barcos antiguos y sus cargamentos
Nueva propuesta muy interesante para comer en Cartagena. La ciudad necesitaba un lugar como esté en la zona puerto. Muy recomendable para celíacos, veganos y aquellos que buscan un toque exótico y oriental pero apto para todos los públicos.
Vistas y trato excepcional. Para ir con niños menos recomendable por los sabores que no se esperan. Por el resto estupendo
Una pasada de restaurante, 100% recomendable! El pulpo fue mi plato favorito!
Trato estupendo, la comida original y saludable.
Miguel Plana Caballero
+5
El servicio fue bueno, un camarero atento en todo momento.
El menú del día está bien, la cantidad de comida es la justa para que no sobre nada. El sabor de sus platos es espectacular.
Los platos son descritos nada más servirse por parte del camarero.
La vista al museo mientras disfruta de la comida también ayuda a generar un ambiente mágico.
El precio va acorde al menú y al lugar.
Fuimos buscando algo diferente y nos recomendaron este restaurante. En una palabra: increíble. Con sabores, texturas y platos exquisitos. Realmente una delicia para el paladar. Felicitaciones a su chef Adrián, por su gran labor y cordialidad. Repetiremos sin lugar a dudas!!!
El menú es d 15€
A elegir entre dos primeros Q en las dos veces Q hemos estado, han sido d una ensalada o un gazpacho distintos cada vez. Y dos segundos pescado o arroz
Postre a elegir esta última vez fue tarta d queso o helado d mandarina
El pescado muy bien cocinado y el arroz muy bueno y los postres tambien muy buenos y diferentes
La bebida tbien entra
Relación calidad precio insuperable. Por 15€ un entrante, primero y postre + 1 bebida. Además en mesa con mantel. Los platos tienen una buena presentación y buena elaboración.
José Andrés García Álvarez
+5
Experiencia muy positiva. Es de las primeras veces que entró en un museo y salgo tan contento.
Sin lugar a dudas es gracias a que esta exposición fue guiada por un profesional del que, lamentablemente, solo recuerdo su segundo nombre: Alberto. Una persona que mantuvo el interés de la exposición en todo momento y de manera muy amena nos permitió conocer más sobre el mundo de la arqueología y la arqueología submarina.
Sin lugar a dudas, un acierto este tipo de iniciativas de visitas guiadas que están bien promocionadas por el personal del museo.
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