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Rincon De Paco - Caravaca de la Cruz - Álbum de fotos
Bar de reconocido prestigio en Caravaca de la Cruz, bar familiar con cocina típica de la zona, muy rico todo por cierto. Camareros muy atentos, y todo a un precio mas que justo.
TODO UN CLASICO EN CARAVACA, CON COCINA MEDITERRANEA Y CASERA ELABORADA AL MOMENTO, SIEMPRE CON LA MEJOR CALIDAD DE LA MATERIAS PRIMAS UTILIZADAS...DESTACA POR SUS EMBUTIDOS, QUESOS Y JAMON DE BELLOTA 100% ...TAMBIEN SU LOCAL SITUADO EN LA PLANTA BAJA DE POSÁ LA COMPAÑIA AL QUE SUS BOBEDAS Y MUROS C
La comida estaba muy buena. Mucha cantidad a buen precio. Y el bar está muy bien y arriba tiene una terraza con unas vistas preciosas.
El Rincón de Paco es un restaurante con mucho "encanto" y que vale la pena visitar en la región de Murcia. Está decorado totalmente con motivos taurinos y muchas fotografías de los toreros más grandes de la historia, Joselito, Manolete, etc.
El servicio es bueno y el ambiente inmejorable, lo mejo
Fantástico lugar para comer en Caravaca, comida rica y sabrosa, raciones generosas. En un entorno taurino con un gran salón y otras estancias más pequeñitas y acojedoras para grupos reducidos.
Muy buena atención personal muy atentos y lo mejor sus tapas buenisimas, calidad y precio espectacular volveremos a visitarlo
Es un clásico de Caravaca y Eugenio ha sabido mantener toda su esencia. Cenar en su terraza es una pasada.
Tapas muy buenas y buen servicio. Recomiendo las empanadillas de queso.
El mejor y más típico local de esta villa, de esta ciudad santa.
Un buen restaurante para comer en pareja y familia. Cocina tradicional, excelente selección de embutidos y carta de vinos. Precios dentro de la media. Postres variados y trato amable. Decoración típica de bodega taurina. Relación calidad precio correcta. Recomendado.
Siendo de Barcelona y tras haber visitado la Iglesia de la Santa Cruz de Caravaca, tomamos algo en este peculiar Restaurante, la comida y los postres muy ricos...todo muy casolono y de calidad. Lo único que no nos gustó fue la temática taurina, porque no somos partidarios.
Servicio atento y esmerado. Comida tradicional, de "la de toda la vida". Sin necesidad de revestirla de adornos innecesarios. Y se agradece. Raciones más que generosas, al menos en el menú peregrino. Espectacular el codillo de cerdo en su jugo, y el cazón en adobo. El solomillo a la plancha excesiva
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