Un restaurante magnífico en un pequeño pueblo de montaña, Cantonigros.
La comida es de km 0, proximidad total fresco del dia y cocinado con arte e imaginación.
El local es una masia reformada pero manteniendo el encanto, salones interiores y exteriores, chimenea y jardin.
El cocinero l'Isidre y su señora son un encanto.
Fonda-Restaurante de categoría. Comida excepcional. El propietario - cocinero se esmera en ofrecernos unos productos de proximidad de calidad.
Es lo que dice ser. Muy buen producto y muy bien tratado. Buen servicio, se nota que tienen su clientela y, ellos, tienen su plus. Precio pelín por encima pero se entiende que aportan un valor añadido. La carne es exquisita (taco de filet de vaca…) merece la pena probarla.
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