Visité Ses Coves hace dos meses con amigos. Es un restaurante acogedor, con unas fantásticas vistas despejas.
La especialidad es la carne y no cualquier carne, pero el pescado también esta my bueno y fresco.
Tienen parking, con lo cual no te tienes que preocupar por buscar sito para aparcar.
El restaurante esta como en un antigua villa reformada, es genial... y detrás está la cueva.
Las sillas de la mesa son super cómodas, eso hace que la velada sea más agradable. Lo resalto, porque he ido a restaurantes donde las sillas se veían bonitas y elegantes, donde el menú maridaje incluía muchos platos y lo he pasado mal, porque las sillas eran incómodas.
La vajilla de cerámica artesanal de autor, me gustó mucho.
Recomiendo ir con zapatos cómodos por las escaleras de acceso al restaurante y con hambre, porque los platos son grandes.
Ses Coves es una excelente opción gastronómica en Mallorca.
Un sitio súper recomendable que cualquier amante de la carne o el pescado a la brasa no se tendría que perder.
Un templo carnívoro donde Josep Joan os deleitará con carnes premium de cárnicas lyo, pescados o mariscos recién llegados de las lonjas.
Muy buena atención y el enclave es espectacular.
Un lugar privilegiado con un ambiente muy tranquilo y cuidado y orientado hacia las parejas (o familias no muy ruidosas).
La atención del personal es muy buena, así como la comida, de muy buena calidad, aunque las raciones son ciertamente escasas.
El precio algo elevado, especialmente en los postres. La tarta de queso casera no es gran cosa.
Hay gatos por doquier entre las mesas.
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