Hace unos meses comenzaba una nueva temporada en el restaurante Orobianco de Calpe, uno de los restaurantes italianos con mejores vistas, nada menos que al peñón de Calpe. Este formidable espacio se ha completado con la dirección gastronómica del gran Paolo Casagrande (3* Michelin en el restaurante Lasarte de Barcelona) y por supuesto con el sello de Martín Berasategui. Todos estos ingredientes darán como resultado una próxima estrella Michelin, y si no… ¡Al tiempo!
Elegante y sofisticado, Orobianco es sinónimo de establecimiento gastronómico único. Un escenario con vistas incomparables donde el cielo y el Mediterráneo se funden en uno. Un lugar de la costa de Calpe desde donde se vislumbra Italia.
En este proyecto personal de Paolo Casagrande se ha querido acompañar del chef Andrea Drago con quien ha compartido fogones durante 10 años y como jefa de sala a Inés Correia. La pastelería estará supervisada por Xavi Donnay y la sumillería y la sala por Joan Carles Ibáñez y Antonio Coelho, pilares del restaurante Lasarte de Barcelona.
Los aperitivos fueron tres pequeños bocados delicados y sorprendentes, sin duda de estrella Michelin, con un Cannolo salado que lleva en su interior un Tartare de gamba, mayonesa de limón y pistacho, una Pizza al vapor, como si fuera un bao, con pesto y crema de berenjenas a la parmesana y que se termina con la sardina frita con tempura de tinta de calamar.
Luego los platos principales también sorprendentes: el Bonito curado con cítricos de Cayosa,una localidad cercana, un gel de limón marroquí fermentado y que terminan un hinojo del mar encurtido, también para no olvidar. El chef ha elaborado este plato recordando su infancia, con una polenta que preparaba su abuela con maíz blanco, el ha preparado su versión más cremosa de esta polenta en el fondo del plato, con sepia y una salsa de tinta de calamar, una mezcla que merece la pena probar…
Otra pasta para no olvidar un fusillone glaseado con galera y pomelo rosado, se añade un aire de un vino espumoso italiano y se le añade un caviar iraní oscietra… Otro de los platos sorprendentes es el Ravioli de burrata y bogavante con una sopa de jamón y albahaca, elegante, fino, de sabores intensos… Para terminar el pichón, también muy sorprendente, con una receta de hígados a la Veneciana. Se presenta el Pichón a la brasa con una crema de cebolla y cebolla encurtida, harina tostada y jugo de cebolla al horno. Se acompañan de un sandwhich de interiores del pichón y perejil. Una delicia…
Y llegaba el postre, a base de regaliz y ajo negro, en la parte de abajo una crema de café y también lleva un sorbete de frambuesa, ideales los toques de vinagre balsámico…
He quedado fascinado con el «paseo gastronómico» que hemos realizado por Italia. Me han encantado los platos de pasta y sobre todo las cantidades. Ha sido más reconfortante la calidad que la cantidad, aunque es cierto que de alguno de los platos me hubiera comido dos o tres.
Toda una experiencia este restaurante en el que la gastronomía está a la altura de sus «vistas» ¡De 10!
Nos han encantado tanto la experiencia gastronómica como el trato humano. Los platos son deliciosos, con mucho sabor. Se nota el fondo italiano en todos ellos pero respetando la esencia de la zona: los toques cítricos de las frutas de Callosa se hacen notar y hacen que la cena valga la pena.
El detalle de los panes recién hechos se agradece en zona de playa. Por supuesto no han faltado ni la focaccia ni los grissini (uno de ellos de sobrasada y picante) tan italianos. El aceite para degustar con el pan ha sido un 9 elementos de Tarragona (delicioso)
Los toques de alta cocina están por todas partes pero no hacen que el plato "sea raro" sino divertido y especial: el aire de hinojo que acompaña al san pedro es una exquisitez, el secreto ibérico está perfumado intensamente por la salsa que le acompaña y hace que cierres los ojos, la tempura de tinta de calamar con un intenso sabor y a la vez sutil, el "bombón" de aceite de oliva y albahaca... hay que ir y probar estos manjares.
La metre, Inés, que viene del único dos estrellas en El Algarve de Portugal, nos ha dirigido de una manera tan cordial que apetecía invitarle a sentarse con nosotros. Eso mismo ha pasado con el someller que procede de Lasarte Barcelona y aún está formando la gran bodega: le hemos pedido un Vega Sicilia, Mandolas, que aunque todavía no aparece en carta ya lo tiene en su bodega y nos lo ha servido. Un encanto de verdad. Y tengo también que citar el trato del resto del personal, muy, muy agradable. Ah, y los chefs por supuesto, que me lo dejaba, aprobados con notas muyyyyy altas
He intentado que os hagáis una idea de un sitio especial con unas vistas maravillosas al peñón. Por cierto, arriba está su coctelería recién estrenada que merece cien por cien la pena: el trato personal y el enclave tomando unas copas originales y bien preparadas.
Pensamos volver muy pronto
(Cena a la carta)
Menú espectacular en el restaurante Orobianco. En la dirección del restaurante está Paolo Casagrande que ha elegido a Andrea Drago, en cocina salada, y a Michele Crotta, en cocina dulce.
Han diseñado dos menús degustación: uno largo (aperitivos – 6 pases – 2 postres – petits -fours) y el otro corto (aperitivos – 4 pases – 1 postre – petits-fours). También, disponen de un menú para sólo mediodía que difiere del corto en un pase.
Es la “perfecta Cocina”. Veremos -y pronto- cómo suben en guías a lo más alto.
Excelente… menú degustación una pasada … personal muy amable … 10/10 …. Tiene vistas increíbles… comida italiana de autor …
Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte
+5
En realidad, estuvimos tomando un cóctel en la zona chiloud. La preparación y la calidad de los combinados, de inmejorable calidad. Aprovechamos (adrede) para ver las maravillosas vistas del Peñón de Ifac, Calpe y la puesta en escena de la Luna (llena), que, esa noche nos deleito. Maravillosa experiencia.
Trato exquisito, tanto Marco como el personal, fueron encantadores y nos hicieron sentir muy cómodos. Adaptaron el menú de mi pareja de forma excepcional, ya que es alérgica a la lactosa. Comida deliciosa y delicada. Se nota mucho el trabajo que hay detrás. Productos de primera. El lugar es espectacular con unas vistas maravillosas. Repetiremos esta vez en compañía.
Espectacular la experiencia! Tomamos el menu largo con 11 pasos y quedamos muy satisfechos! Mis favoritos han sido la lengua de ternera con salsa parmesano & cherry y el pichón, increíble las texturas y las mezclas de sabores. Un sitio fenomenal para pasar una tarde con una vista maravillosa!
Encontré este restaurante en internet. Las críticas hablaban de las marravillosas vistas y de su chef italiano.
Ha sido una fantástica experiencia culinaria. Nada es lo que ha simple vista se lee. Hemos comido: Tacos de negro de sepilla con calamar, berejena confitada y crema de cilantro (espectacular combinación de sabores)
Chips de patatas bravas (4 chips de patatas blancas, naranjas y violeta con una mousse de bravas. El sabor es de las bravas de toda la vida pero más refinada), Croqueta de ternera con tomate y parmesano (aspecto de croqueta pero el relleno recuerda a la carne del cocido. Muy buenas), Vitel tonnato (con un trozo de ternera con atún crudo y mahonesa de alcaparras. Texturas distintas con el sabor del plato original), Pie de cochinillo con salsa mostaza (un pastel de hojaldre con un ragut de cochinillo de Segovia con salsa de mostaza, cerveza y pepino y arriba hoja capucina. Fantástica combinación),
Pizza de queso (masa realizada con mantequilla y con quesos pecorino y parmesana y espuma de mortadella con pistacho. Muy delicado)
Raviolo de gamba de Calpe con burrata, limón, mantequilla tostada (plato estrella del restaurante. La composición es a capas y se come de un golpe. Buenísimo)
El personal es increíblemente atento. Iba con mi madre y la invitaron al raviolo para que lo probará.
La carta de cócteles es tan interesante como el menú. Al final me decidi por una horchata colada (piña, coco y horchata). La sirven súper bonita en una jarra con un cubo de hielo y una galleta. Al principio es como una piña colada, al final explota el sabor de la horchata)
La decoración y la música es perfecta y las vistas son todo un espectáculo.
De momento está abierta solo la azotea y no el restaurante. Es una buenísima opción de probar platos de un chef premiado a un precio muy razonable
¡Es una cita imprescindible en Calpe!.
Experiencia 10: producto, elaboración, presentación, diseño del espacio, personal y vistas
Restaurante con inmejorables vistas al mar, a Calpe y a su peñón. Con varias terrazas disponibles orientadas a un marco pictórico, digno de salvapantallas.
La propuesta gastronómica, parte de la mezcla de la comida Italiana y Mediterránea, con una presentación en tres modalidades, denominados pasos… 5, 7 o 11 pasos (platos) correspondiéndose con 60, 85 o 120 euros el menú por persona.
Cada plato es explicado por cada camarero que con absoluta profesionalidad dota tu mesa poco a poco de los útiles correspondientes, haciendo gala de una original vajilla y sobre todo diversa.
Cada explicación de tu camarero refleja una sensación en la boca idéntica, apreciando cada uno de los matices propuestos.
La cantidad de comida es evidentemente escasa, si bien, al menos en nuestra elección de 7 platos, fue más que suficiente para cenar. El lugar no es para salir saciado, es para apreciar sabores.
En general la comida, que más o menos es dirigida hacia los gustos personales de cada mesa, es deleitable, con gran calidad, texturas perfectas y digna de su antigua estrella Michelin. Si bien hay que estar preparado para apreciar sabores fuera de lo normal.
A tu mesa acude un Sommelier que nuevamente en base a tus gustos te dirige a una u otra elección de una gran variedad de vinos nacionales e internacionales de los que disponen, vino que se encuentra fuera de la degustación, lo cual eleva aún más la factura final. La copa nunca queda vacía, la atención a tu bebida es constante.
El local, es de diseño vanguardista, con líneas rectas, abuso del cristal para gozar de las magníficas vistas y con decoración artística innovadora. Quizá resulte frio, plano, excesivamente banco, con esta idea de modernidad interiorista “minimalista”. En fin… tendencias.
El personal, acorde al lugar, profesional, con exquisita educación, cada uno en su puesto, no queda un detalle al azar, todo está calculado, en tiempos y orquestado a la perfección por el personal. Políglotas, uniformados y cultivados en historias de apoyo a los ingredientes que proponen.
En definitiva, un balcón con vistas bucólicas, gran cocina, excelente servicio, con precios elevados depende de para qué bolsillos. Yo lo reservaría para ocasiones especiales.
Luis Miguel Fernández Blanco
+5
Una exquisitez todo: vistas, trato y, por supuesto, comida y bebida. Tomamos el menú corto, suficiente para nosotros de noche, maridado a la perfección. Volveremos para probar el largo o quizá a la carta.
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