Buen sitio escondido para poder comer tranquilo y con poca gente
El pollo con prunas, los caracoles y el xai sencillamente espectacular
Recomiendo el pan casero
Un poquito de curvas para llegar al sitio pero para probar un vez lo recomiendo
Paisaje que rodea el entorno muy bueno
Restaurante rústico junto la ermita de Sant Sebastià de Montmajor. Después de unas cuantas curvas llegas al restaurante que es muy acogedor. Hacen un solo turno de comidas para poder disfrutar de una sobremesa relajada y esperar a los rezagados. La comida es de xup-xup de las abuelas a base de productos frescos y naturales muy bien cocinados y presentados. Trato familiar y muy agradable.
Totalmente recomendable. Las croquetas de pollo están de muerte y los pies de cerdo con setas espectaculares. Para repetir.
Siempre nos vamos con ganas volver!
El sitio donde está ubicado ya de entrada es precioso , pero esque la comida es una verdadera delicia .
Nuestros platos fijos son las habitas y los pies, IMPRESIONANTES!! , hoy hemos añadido algún plato más y el arroz, que aun no habiamos probado y que acierto !! enhorabuena y hasta pronto!
Estupenda comida y mejor trato de Jordi. Para desayuno y comida. Lugar con encanto.
guillermo ortega lopez
+5
Buen restaurante en Sant Sebastián de Montmajor, ideal para ciclistas y senderismo , bien menu y calidad precio buena, las vistas son increíbles y carretera muy tranquila sin trafico.
RECOMENDABLE! Trato exquisito, amable y con ganas de que el comensal disfrute.
Es el sitio perfecto donde finalizar una excursión por la zona, como el “Pic del Vent”.
Comida tradicional a precio adecuado en un lugar encantador. No es un lugar de paso pero bien vale la pena pasar el día por la zona. Enhorabuena!
Un lugar situado en un enclave único. Comida casera, hecha con cariño. Destacar sus salsas y las trufas de postre. No hay demasiadas opciones para los veganos, pero sinceramente es de los pocos lugares donde no me importa comer de bravas, porque están de muerte :) La atención de Jordi siempre impecable.
El camino se hace pesado ya que son 12 kilómetros de una carretera de curvas que muere en el "pueblo", peeeeeero merece la pena y mucho. Es un sitio muy agradable, muy tranquilo, con una decoración acorde a lo rústico del lugar. El servicio atiende muy bien.
No hay carta, sólo menú, almenos el día que fuimos, de 20€ sin café. Los platos son elaborados, muy bien presentados y sobretodo muy muy buenos, no son platos excesivos, por lo que te quedas de maravilla. Los postres están a la altura, caseros, con el sabor que esperas y la presentación igual. Nosotros hicimos una reserva pero no estaba muy lleno, quizás incluso se puede ir de imprevisto.
Tengo claro que volveré a ir, y además esta vez daré un paseo por la zona donde las vistas te "obligan" a disfrutarlo.
Situado en un lugar idílico, en plena montaña y conservando la esencia rural pero con un toque de sofisticación. La comida es muy buena, los platos están cuidados y el menú es capaz de satisfacer a todo tipo de personas. Para las comidas hay que hacer reserva, pero si quieres desayunar de cuchillo y tenedor puedes acercarte sin previo aviso los sábados y domingos por la mañana.
Un sitio mas que recomendable. Buena comida, buen servio y un entorno precioso. Te vas con una sensación fantástica. No dejéis de probar los bombones de chocolate!!!
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